La licitación de los 10 campos petroleros en aguas profundas, a realizarse en diciembre, no sólo representa una oportunidad para las multinacionales dedicadas a la extracción del hidrocarburo, también para quienes renten las plataformas, un negocio que los expertos valúan en 14 mil millones de dólares.
El arrendamiento de esta infraestructura permite a las empresas petroleras contar con la tecnología necesaria y el personal calificado para sus trabajos en cualquier tipo de geología, además de que resulta más barata que comprar o fabricar las plataformas.
Entre las empresas con gran experiencia en el Golfo de México y que pueden operar sin problemas en el país, pues ya trabajan del lado de Estados Unidos con grandes firmas como Shell, Chevron y BP, están Halliburton y Schlumberger; pero también hay otras que operan con Pemex como son Noble, Sea Dragon, Paragon Diamond y Oro Negro.
También hay firmas mexicanas que dan el servicio y que pueden aprovechar este nuevo negocio como Operadora Cicsa, que es parte de Grupo Carso, firma del magnate Carlos Slim; Constructora y Perforadora Latina, propiedad de la familia Del Valle; Grupo México, del millonario Germán Larrea, y Tabasco Jackup.
Todas ya trabajan con la empresa productiva del estado y cuentan con posibilidad de prestar servicios en exploración en aguas profundas y ultra-profundas.
Según datos de la consultora Camacho y Asociados, el costo de una plataforma Jack-up puede andar entre 120 y 150 millones de dólares; una semisumergible, entre 500 y 700 millones de dólares; y un equipo modular, en alrededor de 30 millones de dólares; mientras que la renta puede oscilar en 130 mil dólares diarios, es decir, aproximadamente 50 millones de dólares anuales, dependiendo la plataforma y los servicios que se incluyan.
"Pensando que se espera una inversión de 40 mil millones de dólares en estos campos, y suponiendo que prestadores de servicios y administradores de equipo representen un 30 por ciento de ese monto, entonces hablamos de 8 a 14 mil millones del negocio que puede abrirse", dijo Thomas E. Heather, Counsel de la práctica de Energía en la firma Haynes and Boone.
Explicó que estas compañías incluso, pueden prestar sus servicios desde la etapa de exploración, por lo que podrían ganar sus primeros contratos en 2018.
"Las arrendadoras tienen una buena oportunidad de negocio con la ronda 1.4, principalmente aquellas que cuentan con plataformas móviles en el lado de Estados Unidos y que pueden trasladar sus equipos al mar de México", dijo Ernesto Marcos Giacomán, socio fundador de Marcos y Asociados, Infraestructura y Energía.
Información de Bloomberg muestra que hay más de 5 mil plataformas operando en el Golfo de México, del lado que corresponde a Estados Unidos, entre rentadas y propias; mientras que Pemex (la única que al momento opera campos petroleros en el país) suma 300 unidades.
La Secretaría de Energía espera que las licitaciones de la Ronda Uno puedan generar hasta 168 mil empleos nuevos, pero estos pueden tardar cinco años, dependiendo de los resultados de las subastas y la exploración de los campos.
BAJA ACTIVIDAD, POR EL MOMENTO
Aunque el negocio de las plataformas es muy atractivo, las compañías actualmente reducen su actividad en México, principalmente por el recorte al presupuesto de Pemex, lo cual limitó la posibilidad de operar yacimientos.
Jeff Miller, presidente de Halliburton, dijo ante analistas que la actividad petrolera en México está en su nivel más bajo en la historia, con una caída dramática en el primer semestre del 2016.
"Pero estamos animados por la reforma (energética), aunque la actividad asociada con la reforma sigue siendo mínima. Por el momento el negocio en México se estabiliza después de una reducción importante", explicó el ejecutivo.
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