Volkswagen suspendió al jefe de Audi, Rupert Stadler, y anunció un sustituto interino este martes, tratando de estabilizar su negocio más rentable después de que las autoridades alemanas detuvieran al presidente ejecutivo de la marca como parte de una investigación por la alteración de emisiones.
Audi dijo que Stadler, de 55 años, había solicitado abandonar temporalmente su cargo y nombró a un ejecutivo del área de ventas, Abraham Schot, como sustituto interino con efecto inmediato, confirmando una información previa de Reuters.
La detención de Stadler ha hecho que VW vuelva a sumergirse en una crisis casi tres años después de que admitiera haber usado un software ilegal para alterar las pruebas de emisiones de Estados Unidos en motores diésel.
Los analistas dijeron que la detención arrojó dudas sobre si el mayor fabricante de automóviles de Europa había hecho lo suficiente para reformarse tras la crisis, y que amenazaba una delicada tregua entre los poderosos accionistas del grupo, que previamente se habían enfrentado sobre si Stadler debería permanecer en el cargo.
Volkswagen ha destinado cerca de 30 mil millones de dólares para cubrir multas, reparaciones en los vehículos y demandas derivadas del escándalo de 'dieselgate', y está gastando miles de millones más en vehículos eléctricos para tratar de reparar su reputación.
Los fiscales de Múnich detuvieron a Stadler en su casa en Ingolstadt a primera hora del lunes, diciendo que veían riesgo de que pudiera destruir pruebas. Ahora permanece en prisión preventiva, pero no ha sido acusado de ningún delito.
VW y Audi dijeron el lunes que Stadler es inocente a no ser que se demuestre lo contrario.
La semana pasada, los fiscales de Múnich dijeron que estaban investigando a Stadler por fraude y publicidad engañosa y por su presunto papel en ayudar a llevar automóviles equipados con software ilegal al mercado europeo.