Al cierre del año pasado en México se contabilizaron 6.1 millones de viviendas deshabitadas, cifra que representa el 14 por ciento del parque habitacional en el país, además de significar un alza de 22 por ciento, en comparación con los 5 millones de unidades abandonadas en 2010, de acuerdo con datos del INEGI.
Especialistas explicaron que el alza se debe a la migración, el desempleo, la violencia e incluso la pandemia, que orilló a las familias a dejar sus hogares, por falta de recursos económicos para terminar de pagarlos, o debido a que se edificaron en zonas de difícil acceso o con servicios públicos deficientes.
De los cinco estados con más casas deshabitadas, Veracruz registró el mayor incremento en 10 años con un alza 64.4 por ciento, seguido de Michoacán con la migración 31.2 por ciento, Guanajuato con 29.9 por ciento, Jalisco con 25.9 por ciento y el Estado de México con 13.5 por ciento, además de ser la entidad con la mayor desocupación con más de 611 mil casas vacías.
"En el caso del Estado de México en 2020 hay 5 municipios que concentran un tercio de la vivienda deshabitada, Zumpango, Ecatepec, Toluca, Tecámac y Huehuetoca", informó Louise David, directora de la Agencia de Regeneración Urbana (ARU).
Antonio Díaz, fundador y CEO de la plataforma especializada en viviendas recuperadas y en remate Provive, destacó que en municipios como Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa, Tlajomulco, Tecámac y Ecatepec el abandono de vivienda ha fomentado la ocupación ilegal en los inmuebles.
"Las viviendas abandonadas son muy pocas, porque más del 90 por ciento están ocupadas ilegalmente por gente que no son los dueños y casi el 30 por ciento de esa gente termina comprando la casa que habita. Es un problema muy grave", dijo.
Provive calcula que existen 800 mil viviendas abandonadas, concentradas en cinco o seis de las ciudades más grandes.
El Infonavit detectó que existen en el país alrededor de 650 mil viviendas de sus derechohabientes abandonadas, de las cuales se planean recuperar sólo 170 mil en este sexenio.
Gene Towle, CEO de Softec, advirtió que en la última década el problema de la vivienda desocupada creció, pero sostuvo que lejos de ser una falla podría ser una solución habitacional para personas que perdieron su empleo o por el retraso en la entrega de inmuebles, por la pandemia del COVID.
"El hecho de que haya vivienda desocupada es bueno, permite que haya movilidad laboral y de familias de una ciudad a otra. Si se compara a México con otros países, está en rangos similares de desocupación", dijo Gene Towle.
En ese sentido, los especialistas señalan que es necesaria una mayor intervención por parte del Infonavit y Fovissste, así como el gobierno y privados para atender este problema en el país.
"En octubre del año pasado el Infonavit anunció que va a sacar nuevos programas de recuperación de vivienda, ya no hay subastas, ahora todos los programas de recuperación de vivienda en zonas con alto abandono van a tener que ser de regeneración urbana y social", agregó el CEO de Provive.
Buscan casa 10 millones
Por el confinamiento, el home office y la necesidad de espacios más amplios a raíz de la pandemia, la búsqueda de casas por internet creció hasta un 25 por ciento desde el inicio de la emergencia, lo que ha provocado la migración de miles de mexicanos hacia ciudades y entidades periféricas.
"Son al menos 10 millones de mexicanos los que han tenido esta incertidumbre y curiosidad por cambiar precisamente de residencia, mucho tiene que ver tanto el aumento de uso de internet como con la necesidad de vivienda", dijo Daniel Narváez, VP de Marketing de Lamudi.
La Ciudad de México es la entidad con mayor éxodo de chilangos hacia otras ciudades con oferta de inmuebles más baratos, con 23 por ciento de migración, seguido de Veracruz, Estado de México, Puebla y Jalisco, con 9.2, 6.2, 5 y 4 por ciento, respectivamente.
Alex García, director de Marketing de Inmuebles24 dijo que en México hay un deseo de al menos un 82 por ciento de personas que quieren mudarse fuera de la ciudad o de sus lugares de origen por las afectaciones económicas de la pandemia, la saturación de espacios comunes e independencia de las parejas jóvenes.
Destacó que hoy la situación de los propietarios o quienes dejan sus casas ven complicado lograr vender o arrendar los espacios al menos en medio año, con el riesgo de quedarse vacías y sin ingresos.
"De estas personas que quieren venderlo, el 58 por ciento declara que lo ven difícil que suceda antes de los próximos seis meses", concluyó.