"París Londres, la gran boutique", "Blanco abarata la vida" y "En K2 somos fabricantes, no tenemos intermediarios" son slogans que hoy ya sólo están en la memoria de los mexicanos de más de 40 años.
Firmas como la departamental París-Londres, los Almacenes Blanco, la zapatería El Taconazo Popis, la Juguetería Ara y la mueblería K2 'brillaron' en la década de los 80, pero no pudieron sobrevivir a la mayor competencia, nuevos hábitos de consumo, a la crisis económica que enfrentó México a mediados de los 90 o tras ser adquiridas por otros jugadores.
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Miguel Ángel de la Torre, director de Estrategia de la firma Quarks Consultoría Creativa, comentó que la competencia y la entrada de cadenas comerciales grandes, con mejores precios, desplazaron a las empresas de menor tamaño.
En tanto que Cristina Morales, analista del sector consumo de Signum Research, señaló que en dichos casos, la competencia y la situación económica ocasionaron que las compañías consolidadas absorbieran negocios de menor tamaño y sin capacidad de competir.
"Las cadenas consolidadas, con marcas de importación e internacionales, comenzaron a tener mayor poder, y las cadenas chicas perdieron la capacidad de competir", agregó la experta.
Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju), reconoció que la llegada de nuevas mercancías a precios más bajos, como consecuencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, terminó con algunas empresas mexicanas, que no pudieron competir bajo las mismas condiciones.
"(La desaparición de tiendas) se debió a la drástica y rápida apertura de las fronteras, en el año de 1994. Esta acción dio pie a que ingresaran a nuestro territorio productos chinos de muy baja calidad y precio, inundando el mercado, provocando el cierre y desaparición de una gran cantidad de empresas mexicanas de varios sectores como calzado, juguete, textil, entre otros", señaló.
La entrada de grandes cadenas, incluso la llegada de Walmart en 1993, ocasionó un cambio en el desarrollo de supermercados y firmas departamentales en México, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
Una de las últimas cadenas comerciales con más tradición que desapareció en México fue Gigante, tras vender 198 tiendas a Soriana en 2007, por aproximadamente mil 700 millones de dólares.
Otras tiendas fueron convertidas en diferentes formatos, como la firma Gran Bazar, ubicada en el Distrito Federal, en el Toreo, que se transformó en Aurrerá y después en un Walmart; así como las tiendas De Todo y El Descontón.
Producto de la consolidación que enfrenta el sector de autoservicios, otra marca que seguramente quedará en el olvido es Sumesa, pues sus locales serán convertidos en tiendas Fresko y City Market, tras la compra por parte de Soriana.
Otro caso reciente en México son las tiendas Blockbuster, de las cuales Grupo Salinas decidió no renovar la licencia de uso que vencerá en enero, al igual que Game Rush, por lo que la compañía las sustituirá por The B Store, un nuevo concepto que ofrecerá la venta y renta de películas y videojuegos.
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