El valor de producción de las empresas constructoras registró una caída de 3.5 por ciento real al cierre del primer semestre de 2017, que señala la pérdida más severa en la producción del sector desde 2009 y con la que hila dos años de descensos durante la primera mitad del año.
En los primeros seis meses del año pasado, la caída en términos acumulados llegó a 0.8 por ciento. Sin embargo, en este año los efectos del menor gasto público en obras de infraestructura resultaron más severos ya que se combinaron con el clima de incertidumbre por la relación comercial entre Estados Unidos y México, que limitó las decisiones de inversión en el país.
Con este contexto, la producción de las empresas constructoras reportó la baja más significativa en ocho años, con un descenso importante en su componente medular: la edificación.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las obras de edificación realizadas en el primer semestre y que aportaron cerca del 47 por ciento de lo producido por todo el sector, señalaron una caída acumulada de 1.7 por ciento al cierre de junio, la más alta en cuatro años.
Aunque los proyectos de transporte y urbanización, el segundo segmento de mayor importancia para la construcción, repuntaron con un aumento de 3.2 por ciento luego de dos años de caídas, la mejora no fue suficiente para absorber el menor gasto en edificación.
Además, otros tres sectores de la construcción registraron disminuciones en el primer semestre. La inversión en agua, riego y saneamiento se redujo a la mayor tasa en dos años, que es del 5.4 por ciento; las obras de electricidad y telecomunicaciones cayeron luego de dos años de crecimiento, con una pérdida de 5.8 por ciento.
Las obras en el sector petrolero registraron una baja de cerca de 56 por ciento, la mayor para un primer semestre en la historia del indicador, disponible a partir de 2007.
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