México consume 70 veces menos vino que la Ciudad del Vaticano, que encabeza el ranking mundial de preferencia por esa bebida espirituosa con un consumo de 71.25 contra los 0.96 litros por persona de nuestro país, los 50.2 litros anuales per cápita de Francia y los 43.25 litros de Italia
La buena noticia, es que el nivel de participación del mercado nacional del vino ha crecido, con lo que los vinos producidos en el país tienen 30 por ciento del mercado, frente al 70 por ciento que viene de importación, de acuerdo al Consejo Mexicano Vitivinícola
El Plan Rector 2018 del Comité Nacional del Sistema Producto Vid que integra a productores y autoridades, contempla aumentar de 6 mil 474 hectáreas de vid plantada actualmente en los 14 estados vitivinícolas, a 20 mil hectáreas para 2025, con lo que se calcula que el consumo de vino nacional alcanzaría el 50 por ciento en el país.
Otra de las metas, es aumentar los niveles de exportación, y "tendríamos que encontrar el día de mañana poder posicionarnos con una categoría de vino mexicano y creo que es hacia allá hacia donde tendríamos que empezar a buscar una identidad muy propia", sostuvo Luis Miguel Correa, CEO de Viñedos "Puerta del Lobo.
Industria joven reconocida con medallas
Una de las ventajas de los vitivinicultores mexicanos, es que, al ser una industria relativamente joven, le permite ensayar en la composición de uva y calidad del vino, lo que le ha llevado a obtener ya mil 500 medallas en concursos internacionales.
Antonio Treviño, CEO de Vinos "San Juanito", relató que una sorpresa grata de su viñedo en Querétaro, fue el haber ganado medalla de oro en el concurso Bacchus de Madrid, España, con el vino producido en su primera cosecha en el 2013, "después de que pasó el proceso de 13 meses de barrica, y poco menos de un año de botella, además de que nos dieron plata en el Malbec", señaló.
México fue el primer país en el continente americano en producir vinos de mesa, lo que se remonta a la época de la Colonia. Dado que, para los españoles el vino era elemento en su dieta diaria, Hernán Cortés hizo traer de su país la vid, y los misioneros elaboraban vino para consagrar.
Sin embargo, no fue sino hasta 1948, cuando se creó la Asociación Nacional de Vitivinicultores, y actualmente, México cuenta con siete regiones productoras de vino, de las cuales, la más importante, se ubica en Baja California, y contribuye con el 57 por ciento de la producción.
El vino como alimento, no como bebida alcohólica
El vino es una bebida que contiene más de mil sustancias nutritivas, entre vitaminas, minerales y antioxidantes que provienen de la uva; el grado alcohólico se produce a partir de la fermentación del azúcar, es decir, no se incorpora alcohol, y tampoco se agrega agua, lo que significa que todo el contenido de una botella de vino, es el jugo de la uva.
Por ello, los productores consideran que el vino debe ser clasificado como alimento, con lo que quedaría exento del pago de IEPS, Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, que para este 2020 establece una tasa de 26.5 por ciento en bebidas con contenido alcohólico de hasta 14º , que aplica a la mayoría de los vinos producidos en el país.
En la calidad del vino interviene la naturaleza, la cantidad de horas de sol, la cantidad de lluvia, desde que la vid comienza a florecer en primavera, hasta que se da la cosecha en agosto, la vendimia que todos los viñedos en el mundo celebran con una fiesta.
Por eso, es el perfecto acompañante de una celebración, apuntó el CEO de vinos Cuna de Tierra, Ramón Vélez, al señalar que el vino "es el mejor acompañante para una cena romántica, para un cierre de negocios importante, para una comida familiar: una mesa sin vino es como un día sin sol", dijo.