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La startup mexicana valuada en 5.6 mdp que quiere "endulzar" al país

Cuatro emprendedores mexicanos quieren "endulzar" al mercado mexicano con Livana, empresa valuada en 300 mil dólares que produce un sustituto de azúcar con un índice glucémico de cero, que ya tiene presencia en 15 estados del país y en Colombia.

Cuatro emprendedores mexicanos quieren endulzar al país con Livana, una startup valuada en 300 mil dólares que produce el único sustituto de azúcar en el mercado que tiene un índice glucémico (la cantidad de glucosa de un alimento que se va a la sangre) de cero.

Índice glucémico:
Un diabético sólo puede consumir alimentos que tengan un índice glucémico de 30.

La empresa, que tiene presencia en 15 estados de la República y en Colombia, fue valuada recientemente en 300 mil dólares, y después de esto realizaron una ronda de inversión.

Dos nuevos socios se subieron al barco de Livana, Jorge Lezama, CFO de T-Systems, y Ulises Mejía, CEO de Evoluciona, quienes se quedaron con el 22 por ciento de la empresa.

Livana:
Livana utiliza como ingrediente endulzante el eritritol, que es un producto natural que existe en las uvas, las fresas, las manzanas y otras frutas.

Para el CEO de Livana, Moisés Medina, la meta para finales del 2016 es estar sacando 3 millones y medio de sobres del sustituto al mes. El primer flete de producto de los emprendedores fue de 600 mil sobres.

"Lo que estamos buscando en crecimiento ya a partir del siguiente año, si podemos crecer a un 20 por ciento 30 por ciento anual es bastante bueno, todo dependerá de cómo nos comportemos en el mercado de la Ciudad de México que es al que le vamos a apostar ahorita en esta segunda parte del año", dijo Moisés Medina en entrevista con El Financiero.

Actualmente los emprendedores son proveedores del Hospital Ángeles, de la Beneficencia Española y del Hospital Puebla, del DIF a nivel municipal en Puebla, además de que entraron al terreno del retail de la mano del Grupo la Comer lo que significa que tienen presencia en City Market, La Comer, Sumesa, entre otros.


Para el CEO detrás de la empresa avalada por la Asociación Mexicana de Diabetes, entrar al Hospital Ángeles como proveedor fue un proceso muy difícil, ya que tuvieron que medirse directamente con el producto de la competencia.

"Nos llevó un proceso, ¿ese proceso de qué trató? De demostrar que eres mejor que Splenda, demostrar que realmente eres mejor que las otras marcas que tienen estevia, y que le haces mejor a su salud. Nos hicieron muchos estudios, llevamos documentos, yo iba mínimo una vez por semana a la Ciudad de México con documentos para demostrar todo lo que ellos me iban pidiendo, y así le fuimos dando".

Los sustitutos de endulzantes están elaborados con edulcorantes de dos tipos, los de poder como la estevia y la sucralosa, que representan el 3 o 4 por ciento del contenido de los sobres y que llegan a ser de 300 a 700 veces más dulces que el azúcar, y los vehículos o "carriers", que estos son con los que se rellena el resto del contenido del sobre y que en muchas ocasiones es azúcar e ingredientes que resultan peligrosos para las personas que tienen que controlar el índice glucémico de lo que ingieren.

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Medina tiene en su historial algunos primeros lugares en concursos de emprendedurismo a nivel nacional, como por ejemplo, en uno de los certámenes del INC MTY, ganó una iniciativa que le dio como premio una beca para ir a Silicon Valley, el Premio Mexicano de la Juventud en Xalapa y el Global Student Entreprenuer Award, pero Medina cree que ganar este tipo de iniciativas pueden tener su lado positivo y negativo.

"La verdadera importancia de un negocio es las ventas, puede ser de impacto social o no, pero si no tienes ventas no hay impacto real (…). Conozco a muchos emprendedores que ganan concursos, fueron nombrados el innovador del año, y revisas su facturación y no trae nada, no vende ni 10 mil pesos al mes. Entonces creo que a pesar de que te inviten a dar conferencias, salgas en una revista, si no tienes ventas vas a acabar en algo que no va a ser nada bueno, nada, nada bueno", concluyó Moisés.

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