El Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994, benefició a sectores económicos como el automotriz, pero también dejó víctimas, entre ellas muchas empresas cuyas marcas formaron parte de la cultura e identidad mexicana por varios años.
Entre las marcas emblemáticas que desaparecieron con la puesta en marcha del tratado están Burger Boy y Tomboy, dedicados a la venta de alimentos; Videocentro, en la industria del entretenimiento, y una firma de plásticos y juguetes denominada Toyomex.
La industria del plástico, textil y del vestido, así como la dedicada la fabricación de juguetes, fueron algunas de los más golpeadas.
"Los años noventa fueron terribles para la industria", recordó Miguel Ángel Martín, actual presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju).
Mientras que en 1993 la Asociación contaba con 380 fabricantes afiliados, dos años después el número se redujo a sólo 30, como consecuencia de la entrada de las compañías estadounidenses. Hoy, esta industria ya se encuentra más recuperada, pues está compuesta por 80 empresas con capacidad exportadora.
La entrada de nuevas mercancías al mercado a precios más bajos fue lo que liquidó a las empresas mexicanas, a las que les fue imposible competir bajo esas condiciones, lamentó Roberto Shimizu, empresario y director del Museo del Juguete Antiguo.
Sin embargo, la falta de pericia por parte de los empresarios para adaptar sus procesos y modernizar su oferta fueron los factores que realmente liquidaron a muchas empresas en el país, expuso Manuel Valencia, director de las carreras de Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey.
"Los sectores del plástico, juguetes y la tela fueron muy afectados por el TLCAN, pero con un componente de responsabilidad de ellos, de no saber generar alianzas y desarrollar nuevos productos", apuntó.
Héctor Herrera, socio de Comercio Exterior de la consultora PricewaterhouseCoopers, coincidió al decir que la eliminación de las restricciones comerciales entre Estados Unidos, Canadá y México fue gradual, por lo que muchos empresarios pudieron evitar ser desplazados con innovaciones o dar valor agregado a sus artículos.
Mirado a la distancia, Miguel Ángel Martín, de la Amiju, dijo que después de todo hoy la industria está viendo los frutos del Tratado pues los participantes son más competitivos y tienen mayor probabilidad de colocar productos a nivel internacional.
En el 2013, del total de los ingresos por ventas de la industria juguetera, que ascendieron a 3 mil 800 millones de dólares, 42 por ciento provino de exportaciones realizadas casi en su totalidad a Estados Unidos.
Por su parte, representantes de la Cámara de la Industria del Vestido (Canaive) reconocen que el TLCAN dio un impulso a finales de la década de los noventa, aunque después sus beneficios fueron neutralizados.
México llegó a ser el primer proveedor de prendas de vestir en Estados Unidos de 1997 al 2002, aunque posteriormente China tomó ese lugar. Entre el 2003 y 2009, México pasó del segundo al quinto lugar como proveedor de ropa en aquel país, según información de la Canaive.