La autoridad de transporte de Londres ha negado a Uber la concesión de una nueva licencia en la capital británica, lo que amenaza las futuras operaciones de la empresa en la ciudad.
La compañía ha avanzado en abordar las objeciones del regulador, pero a este aún le preocupa que conductores no autorizados puedan manipular la aplicación para transportar pasajeros, dijo este lunes en un comunicado.
Uber tiene 21 días para apelar y puede continuar operando mientras un tribunal de primera instancia considera la decisión.
A TfL, como se conoce al regulador de transporte londinense, le preocupa especialmente un fallo de la aplicación que permite a los conductores no autorizados subir sus fotos a cuentas de los conductores de Uber, lo que les permite recoger a pasajeros como si fueran un conductor con licencia.
Esta infracción ocurrió en al menos 14 mil viajes, incluidos algunos trayectos con conductores a los que se les revocó la licencia, según la TfL. Los conductores despedidos y suspendidos también pudieron crear una cuenta de Uber y llevar a pasajeros, señaló el organismo.
Londres es una de las ciudades más lucrativas para Uber fuera de Estados Unidos.
La empresa había estado operando con una licencia de dos meses que expira el lunes, la prórroga más reciente, mientras que TfL analizaba los cambios que la firma estaba haciendo en la forma en que opera. La negativa del regulador a respaldar las operaciones de Uber suscita dudas sobre si la compañía, que tiene 45 mil conductores con licencia en Londres, tiene un futuro significativo en Reino Unido.
Muchos conductores "ahora se enfrentan a la angustia no solo del desempleo sino también de una deuda sofocante ante las dificultades para cumplir con los pagos de alquiler de automóviles", señaló James Farrar, presidente de United Private Hire Drivers, una rama del sindicato IWGB.
"La fuerza laboral más vulnerable de Londres pagará el terrible precio de la incapacidad del regulador de transporte de Londres de ejecutar un régimen regulatorio estable y de la negativa de Uber a cumplir con las reglas".
TfL concluyó hace más de dos años que Uber no era "apto y apropiado" para tener una licencia, y mencionó que la compañía no realizó las verificaciones de antecedentes adecuadas a los conductores y no informó sobre delitos graves.
También señaló su desacuerdo con el software de Uber llamado 'Greyball' que bloqueaba los intentos de los cargos del Gobierno de identificar a los conductores que infringían la ley. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, defendió la decisión del regulador en ese momento.
El mercado londinense de trayectos en vehículos de particulares ha cambiado significativamente desde entonces.
El máximo ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, ha introducido una serie de cambios para ganarse a los reguladores y al público, lo que finalmente llevó a la concesión de un permiso operativo temporal. La ciudad también ha otorgado licencias a servicios similares, como Ola, ViaVan y Bolt.