La asociación de dos décadas de Renault y Nissan se precipita hacia su 'hora de la verdad', sacudida por el arresto del expresidente Carlos Ghosn en noviembre y las negociaciones infructuosas de fusión con Fiat Chrysler.
Forjada en 1999, cuando Renault compró una participación en el entonces atribulado fabricante de automóviles japonés, el grupo, que actualmente incluye a Mitsubishi Motors, siempre ha estado marcado por una relación desigual. Si bien Nissan es el socio más grande en términos de producción de vehículos, Renault ejerce más control frente a la firma asiática.
Ghosn, quien fue acusado de delitos financieros y enfrenta un juicio en 2020, buscó durante mucho tiempo fusionar las empresas para competir con Toyota y Volkswagen. Renault se encaminaba a reforzar su posición hace un par de semanas, cuando Fiat propuso una fusión de ambos fabricantes de automóviles europeos. No obstante, la renuencia de Nissan a respaldar nuevas negociaciones desencadenó el colapso del acuerdo.
Ahora, el presidente ejecutivo de Nissan, Hiroto Saikawa, intenta calmar las aguas luego de que el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, amenazara en una carta con bloquear nombramientos críticos en la junta de accionistas de Nissan el 25 de junio. La carta también podría convertirse en un elemento útil de negociación para que Nissan obtenga concesiones de Renault.
Pensando en el futuro, estos son los posibles escenarios para las empresas automotrices:
Reequilibrio
Nissan puede interpretar la carta de Senard como una interferencia en su gobernanza, abriendo un camino para reequilibrar la relación con su socio. Si Renault se abstiene de votar sobre la nueva estructura de gobernanza de Nissan, podría evitar que se apruebe la propuesta porque la francesa posee el 43 por ciento de Nissan.
Según el acuerdo actualizado que rige la alianza, Nissan tiene el derecho de aumentar su participación en Renault a más de 25 por ciento en caso de que la empresa francesa intervenga en la gobernanza de Nissan. Entonces, según la ley de empresas japonesa, los derechos de voto de Renault podrían ser cancelados. La japonesa posee actualmente el 15 por ciento de Renault sin derecho a voto.
Otro paso que podría ayudar a bajar la tensión es que Renault cumpla uno de los principales deseos de Nissan y venda parte de su participación. En virtud de las normas francesas, si Renault reduce su interés en Nissan a menos de 40 por ciento, la japonesa obtendría derecho a voto en la compañía francesa.
Trabajar de cara a una fusión
La tarea monumental de adaptarse a una industria que adopta la electrificación y los vehículos autónomos también aumenta la presión para que Nissan y Renault se fusionen. Aunque Nissan y Renault colaboran, tendrán que gastar miles de millones de dólares para competir con Toyota y Volkswagen, que están cada vez más dispuestos a adoptar nuevas tecnologías.
En total, la alianza da empleo a más de 350 mil personas en todo el mundo y si bien las firmas no están totalmente integradas, comparten plataformas de automóviles y líneas de montaje para producir más de 10 millones de vehículos al año.
Senard hizo por primera vez una propuesta de fusión informal al máximo ejecutivo de Nissan en abril. Hay un documento que describe los términos potenciales y Renault ha indicado que está lista para dar un paso adelante en las negociaciones cuando Nissan lo desee.
La gran alianza
Si bien es poco probable, Fiat podría también retomar la propuesta de fusión negociando directamente con Nissan además de Renault. Al proyectar una gran alianza para enfrentarse a rivales de mayor envergadura, Fiat puede atraer a la japonesa con ofertas de mayor participación en un grupo automotor Fiat-Renault-Nissan-Mitsubishi.
Las primeras señales de conversaciones directas surgieron esta semana, con informes de que un representante de Fiat se reunió con Saikawa de Nissan. El ejecutivo japonés señaló el lunes que se comunicó con un asesor de Fiat, sin dar más detalles.
El ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, declaró que es importante que la alianza entre Renault y Nissan sea "sólida y sostenible" antes de una eventual fusión con Fiat.
El divorcio
Antes de la saga Fiat, Nissan se resistió a mantener lazos de capital más estrechos con Renault e indicó que la prioridad era poner su propio negocio en una base sólida tras reportar su menor ganancia operativa en una década. Luego del acuerdo fallido, la pregunta es si Nissan puede perdonar el breve desliz de Renault.
Si las compañías se separan, no sería la primera división entre fabricantes de automóviles europeos y japoneses: la asociación de Suzuki con Volkswagen finalizó en 2015, cuando la primera compró 3 mil 800 millones de yenes en acciones propias a la segunda. Inicialmente planearon cooperar en materia de autos pequeños y eficientes en el consumo de combustible para economías emergentes, pero las relaciones se deterioraron en 2011 luego de que la compañía japonesa acordara comprar motores diésel a Fiat.