Prison Art, que comercializa diferentes artículos de lujo y cuyos colaboradores son presidiarios, puso en pausa la creación de sus bolsos para producir hasta 50 mil cubrebocas para repartirlos a los centros penitenciarios de la Ciudad de México y Estado de México, debido a la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus.
La firma detalló que son 15 jóvenes quienes se dedican a fabricar las mascarillas, que a la semana producen de cuatro a cinco mil.
"Tuvimos que cerrar nuestras tiendas, y un poco el sistema de trabajo que tenemos es que no les puedo regalar el dinero a los chavos, estamos peleados con la idea de regalar las cosas y hace aproximadamente poco menos de quince días estamos produciendo en nuestros talleres estos cubrepolvos que estamos regalando, la idea es poner nuestro granito de arena para que más gente esté protegida y haya menos contagios", explicó este jueves Jorge Cueto Felgueroso, fundador de la empresa Prison Art.
Cueto detalló que prevé invertir entre 200 mil a 400 mil pesos para poder producir y entregar 50 mil cubrebocas a presidiarios, los cuales el 70 por ciento serán entregados a través de fundaciones como Interculturalidad, Salud y Derechos (Insade), Fundación de Renacimiento, Reintegra, y otras asociaciones civiles, mientras que el 30 por ciento será para la Cruz Roja Mexicana.
Dijo que en el caso del Anexo del Reclusorio Norte, la misma empresa entrega los cubrebocas ya que tiene algunos colaboradores dentro del lugar que ayudan a repartir el material sanitario.
"Los que estamos repartiendo nosotros directamente es a la Cruz Roja entre el 30 a 35 por ciento, pero todo lo que son para Centros Penitenciarios los estamos entregando a través de Fundaciones como Insade, Fundación de Renacimiento, Reintegra, y de asociaciones civiles que vienen a los talleres y los recogen aquí y los llevan a los Centros Penitenciarios en la Ciudad de México", precisó.
Contó que para aprender a fabricar las mascarillas se apoyaron de un ingeniero civil que les enseñó a producirlas y a diseñar el concepto de las mismas.
"Conseguimos a una persona que es ingeniero textil y nos enseñó a desarrollar todo el concepto y la verdad que son bastante sencillos y más que nada necesitas muchos entusiasmo y ganas para hacerlos, pero están bonitos y chistosos", comentó.
Por otra parte, destacó que pese a que tienen detenida la producción y venta de productos por la contingencia, los demás colaboradores de Prison Art aún tatúan diseños, con lo cual pueden seguir percibiendo su sueldo.
"Siguen tatuando, aunque trabajando en el penal normalmente, sólo que esos tatuajes no se están convirtiendo en bolsos, pero se están guardando en un inventario, hasta que dejemos de hacer los cubrebocas podremos hacer los bolsos", dijo.
Asimismo, Cueto seguró que desgraciadamente en los centros penitenciarios no tienen protocolos sanitarios para proteger a sus poblaciones, sin embargo, aseguró que en el Anexo Norte se ha hecho entrega de kits sanitizantes.
"Qué te puedo decir, realmente no hay protocolos sanitarios, solamente el Anexo Norte lo están haciendo les pusieron gel, filtros sanitarios, máscaras, pero la mayoría de los lugares no lo han hecho. Hemos visto que no hay condiciones para que les entreguen ayuda. Y es peligroso porque es una población que hay una sobrepoblación muy fuerte", apuntó.