A octubre de 2020, se han registrado 21 solicitudes de concurso mercantil en México, lo que significa que está a punto de igualar las 27 peticiones que se reportaron en todo 2019, de las cuales 19 siguen en proceso, muestran datos del Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles (Ifecom).
Se trata de firmas como Ampliaudio, Elara Comunicaciones, KIWII Capital, Maderas Finas Perroni, MTI Transport, Servicios Petroleros San Antonio Internacional, que se suman a la lista donde destaca Grupo Famsa.
Cabe señalar que, dentro de la lista de concurso, dos procesos fueron suspendidos a petición de las mismas empresas, tal fue el caso de Minera del Norte (Minosa) y Corporativo Industrial Coahuila (CICSA), ambas subsidiarias de Altos Hornos de México (AHMSA).
Alejandro Sánchez Mújica, senior counsel de Thompson & Knight LLP, dijo que el concurso mercantil no es un proceso para quiebra, sino para salvar a las empresas para poder negociar con sus acreedores y para tener alternativas para salir adelante.
"Es un mecanismo de protección a las empresas para superar los tiempos difíciles y poder salir adelante, es un apoyo no un estigma. Ahora con las circunstancias actuales de la pandemia, es ajeno a las empresas, no puedes hablar de que hubo una falla en la administración o los objetivos de las empresas", comentó.
Contó que lo primero que deben hacer los empresarios para un proceso de concurso mercantil es tomarlo con calma, porque cada firma tiene sus complicaciones y deben entender cuál es la dirección que deben tomar.
"Hay varios mecanismos y alternativas antes de decidir llegar a un concurso mercantil, por eso es importante analizar la profundidad de la situación y negociar con los acreedores", dijo.
Otras firmas que están en lista son AZ Components, Carpicentro, Challenger Fabrication and Distribution de México, Distribuidora Sharom, Equipos Computacionales de México y Fundición JV.
Federico Hernández, Socio de Finanzas Corporativas de KPMG en México, destacó que la ley actualmente también permite que no sean procesos largos y que no necesariamente terminen en quiebra "es para maximizar el valor de la empresa tanto para inversionistas como para acreedores de su deuda".