Renault y el gobierno francés mantienen la puerta abierta a una futura alianza con Fiat Chrysler, pero solo después de reparar una maltrecha relación con su socio Nissan.
"Las conversaciones podrían reanudarse cuando la alianza entre Renault y Nissan se haya reforzado", dijo este jueves el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, a France Info. Más tarde, el ministro reiteró su respaldo al presidente de Renault, Jean-Dominique Senard después de su reunión para discutir la estrategia del fabricante de automóviles, informó AFP.
La tensión entre los dos hombres se hizo evidente el miércoles cuando Senard culpó a Francia, el accionista más poderoso de la automotriz, por el fracaso de las conversaciones con Fiat. Utilizó la reunión anual de Renault para presentar su versión de los tumultuosos eventos de las últimas semanas que ejercieron una tensión sin precedentes en su alianza de dos décadas con Nissan y condujeron a un abrupto final a un plan para fusionarse con Fiat.
"Este proyecto sigue siendo, en mi mente, absolutamente notable y excepcional", dijo Senard. "Francamente, estoy triste".
En enero, Senard fue incorporado por el gobierno para arreglar las relaciones con Nissan tras el arresto de su predecesor, Carlos Ghosn, acusado de delitos financieros en Japón. Casi cinco meses después, la distensión con el fabricante de automóviles japonés parece estar más lejos de su alcance, lo que hace que un eventual acuerdo con Fiat sea aún más difícil de alcanzar debido a las demandas de Francia de que Nissan esté a bordo.
'Campeón de Europa'
El miércoles, Senard describió su profunda decepción por el fracaso del proyecto Fiat y dijo que la combinación habría generado sinergias positivas y valores raramente vistos en cualquier otra fusión de la industria y sin costos humanos. El acuerdo se hizo aún más apremiante, dijo, debido a las posibles incursiones rápidas de los fabricantes de automóviles chinos en el mercado global.
"Fue la primera vez que se dio la posibilidad de crear un campeón europeo en un momento en el que las personas siguen quejándose de que no existe", dijo. "Este fue un ejemplo perfecto para Francia, para Renault y Europa para demostrar que podemos hacer algo juntos".
Senard culpó del fracaso directamente al gobierno francés y observó irónicamente que fue Le Maire quien primero "sugirió" que Renault se acercara a Fiat "hace unos meses".
"Quedamos cautivados por este proyecto", dijo Senard, y agregó que no sabía si se podría reactivar en el futuro. Por su parte, Le Maire dijo este jueves que el proyecto sigue siendo "interesante" mientras Nissan esté asociado al plan y el estado no tenga que tomar decisiones "bajo presión".
La caída de Ghosn por los cargos que él niega ha tenido profundos efectos tanto en Renault como en Nissan, lo que ha servido para exacerbar un clima de sospecha mutua entre los fabricantes de automóviles. Como jefe de Renault, Nissan y el tercer socio, Mitsubishi, Ghosn tenía facultades inusuales que le ayudaron a mantener unida la alianza.
Las consecuencias del caso Ghosn "dejaron la alianza más dañada de lo que parecía en un principio", afirmó Senard el miércoles. La asociación "está emprendiendo un nuevo comienzo que necesita ser confirmado".
En el centro del problema se encuentra un arreglo de participación desigual y un acuerdo de 2015 sobre gobernabilidad que está abierto a la interpretación. Renault posee el 43 por ciento del fabricante de automóviles japonés con derecho a voto, mientras que Nissan tiene una participación de 15 por ciento en Renault, sin votos. El acuerdo de 2015, conocido como RAMA, limita la influencia del fabricante de automóviles francés en Nissan.
El miércoles, Senard también trató de explicar por qué ha amenazado con bloquear los cambios de gobierno críticos en Nissan, una medida que tiene el potencial de deshacer la sociedad, y agregó que las restricciones en el poder de Renault no son correctas.