El aplazamiento del apagón analógico hasta el 2017, como lo considera el proyecto de Ley secundaria del Ejecutivo federal para algunas ciudades del país, pondrá en riesgo la viabilidad del negocio de las nuevas cadenas de televisión, advirtieron especialistas.
Irene Levy, presidenta del Observatorio de las Telecomunicaciones, explicó que en la medida en que el país complete el proceso de transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), en los tiempos establecidos en la reforma constitucional que se promulgó en junio de 2013, los nuevos operadores de televisión tendrán a su alcance un mercado de más de 30 millones de telehogares.
"Lo que más me preocupa es el apagón analógico, porque en la medida que tu base de televidentes no estén preparados, pues no será negocio para los nuevos operadores", dijo la directiva en entrevista.
Sólo al culminar el apagón analógico en 2015, dijo, los concesionarios de TV podrán armar planes de venta de publicidad para el mercado de los anunciantes y empezar a recuperar sus inversiones. De lo contrario se pone en riesgo la viabilidad financiera de los nuevos competidores.
La propuesta del Ejecutivo indica que con el objetivo de garantizar la continuidad del servicio de radiodifusión en las zonas en las que operan estaciones de televisión con una potencia radiada aparentemente menor o igual a 1 Kw para canales de VHF y 10 Kw para canales de UHF, se establece que las transmisiones analógicas concluirán a más tardar el 31 de diciembre de 2017.
Las estaciones de TV que operan bajo dicha potencia por lo general prestan servicios de TV local, orientados a comunidades pequeñas.
En dichas zonas donde operan ese tipo de estaciones no se podría concluir las transmisiones analógicas el 31 de diciembre de 2015, según el proyecto del Ejecutivo.
"Resulta contrario al texto constitucional el aplazar dos años más el apagón analógico y afecta la penetración de servicios", dijo Agustín Ramírez, presidente de Amedi.