La división de Telmex en dos empresas, una que administre su infraestructura y otra que preste los servicios de telefonía e internet, podría tomar entre uno y tres años, explicaron expertos del sector.
Inicialmente América Móvil tendrá que presentar un plan al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en un periodo de 65 días hábiles, con un derecho único de prórroga de 30 días. Posteriormente, el órgano regulador tardará 30 días en revisarlo.
Fuentes del IFT explicaron que tras la aprobación del plan por parte del regulador, podrán correr hasta dos años, cuando la nueva empresa empiece a operar.
Sin embargo, si América Móvil argumenta causas ajenas para cumplir con ese plazo, podrá pedir un año entero para operar, cuyo inicio de funcionamiento se extendería hasta 2020.
Alik García, analista de Intercam, explicó que si el primer plan que presenta la empresa de Slim es aprobado por el IFT, el proceso de separación de la compañía telefónica sería más rápido.
"Si recibe modificaciones se puede pensar en un periodo mucho más largo, pero la expectativa es que no sea un proceso muy extenso, porque no hablamos de una desinversión ni de una venta de activos, que sería más larga", aseveró García.
Por su parte, José Luis Benavides, abogado especialista en materia de Telecom aseguró que en el corto plazo el efecto de la decisión del IFT no tendrá impacto en América Móvil.
María Elena Estavillo, comisionada del Instituto, dijo que las nuevas disposiciones del IFT buscan dar dinamismo y competencia al mercado en condiciones equitativas para todos los actores.
"Buscamos esta separación funcional que significa que el agente económico preponderante tendrá que conformar una nueva empresa dentro del mismo grupo. Esto es muy importante aclararlo, no se trata de vender activos a alguien distinto", dijo la comisionada.
A pesar de esto, la noticia fue mal recibida en el mercado. El precio de los títulos de América Móvil llegaron a caer hasta 5.7 por ciento en la jornada de ayer.
José Eduardo Coello, analista de Ve por Más, opinó que la noticia es negativa para la empresa, debido a que las modificaciones en todas sus unidades de negocios podrían acarrear mayores gastos y una menor participación en el mercado.
Jorge Bravo, analista de Mediatelecom, advirtió que la división de Telmex significará un reto para el IFT, que deberá fijar reglas que promuevan la rentabilidad financiera del nuevo grupo, a fin de que pueda seguir invirtiendo en infraestructura. "Esta nueva estructura ya tiene un costo por sí misma", dijo.