Royal Dutch Shell busca una mayor participación en el mercado de combustibles de México, a pesar de que los cambios regulatorios dificultan la competencia para las empresas extranjeras.
La petrolera angloholandesa, que ya posee alrededor de 200 estaciones de gasolina en 12 estados de México, planea aumentar su participación en el mercado minorista de combustible hasta un 15 por ciento frente al 1 por ciento actual.
Además, la compañía planifica importar más del combustible que vende en México y así reducir su dependencia de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex). Hoy, cerca del 30 por ciento de ese combustible se importa en ferrocarril al estado de Guanajuato.
"Al pensar en el mercado en México, tenemos la oportunidad de estar completamente integrados", comentó Murray Fonseca, director de logística de Shell para México, en una entrevista. "Si las condiciones siguen siendo las mismas, México se convertirá en el corazón de Shell".
Las inversiones de la compañía llegan en un momento en que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha intentado reforzar la posición de Pemex en el sector y, a su vez, ha retrasado las reformas de libre mercado de la administración anterior. Bajo su administración, México ha revertido las regulaciones destinadas a nivelar el campo de juego contra Pemex y ha retrasado el proceso para aprobar permisos de importación de combustible.
Inversión de mil millones de dólares
Mientras analistas han manifestado su preocupación de que las reformas podrían sofocar la inversión extranjera, Shell mantiene el rumbo.
"No pensamos retroceder", apuntó Fonseca. "De hecho, estamos planeando invertir más en 2020 que en 2019".
Con el tiempo, Shell espera producir petróleo en México, tras adquirir 11 bloques en las subastas de petróleo costa afuera más competitivas del país, y transportar el combustible al complejo de refinerías Deer Park, Texas, en la Costa del Golfo estadounidense para su procesamiento. Posteriormente, Shell vendería el producto refinado a los mexicanos.
La compañía también apunta a tener mil 500 estaciones de servicio abiertas en México durante los próximos cinco años y busca lanzar su primera estación de carga de vehículos eléctricos en México este año, dijo Fonseca. Planea invertir alrededor de mil millones de dólares en los próximos 10 años.
El plan de Shell para aumentar las importaciones de combustible se basa en la apertura este año de dos nuevas terminales en Tuxpan y Tula, propiedad de Invex, con sede en Ciudad de México, que transportará su producto por barco desde sus instalaciones de Deer Park, una empresa conjunta entre Shell y PMI, el brazo comercial de Pemex. La empresa comenzó a importar por ferrocarril el año pasado.
Aun así, la falta de infraestructura energética de México y las incertidumbres del mercado podrían afectar si Shell logra aumentar las importaciones.
Si bien las empresas extranjeras, como BP, Chevron y Exxon Mobil, comenzaron a importar su propio combustible, muchos minoristas de gasolina continúan dependiendo de Pemex para la mayor parte de sus necesidades de suministro debido a que posee la gran mayoría de las tuberías y terminales de almacenamiento.
"Tenemos que echarle un vistazo prácticamente cada mes", explicó Fonseca. "Pero pueden estar seguros de que vamos a aumentar la oferta".