Quienes tienen el dinero para invertir en la creación de tecnología y empresas digitales en el país asumen un riesgo mayor que aquellos que apuestan por negocios tradicionales, sin embargo, las posibilidades de tener crecimientos más rápidos y explosivos son más altas.
Así sucedió con firmas como Google, Facebook o Twitter, las cuales empezaron como proyectos universitarios o en pequeños laboratorios y hoy valen miles de millones de dólares.
Los principales fondos que invierten en startups nacionales destinan recursos económicos para únicamente el 4 por ciento de las ideas de negocio que se les presentan; no obstante, se trata de proyectos con un alto potencial de convertirse en empresas que revolucionarán algún sector.
El inversionista debe entender suficientemente bien el negocio digital para calcular el riesgo, consideraron Alejandro Legorreta, director de Sabino Capital y César Salazar, Venture Partner de 500 Startups, fondo que invierte 640 mil dólares en 16 startups anualmente.
Una de las claves para reducir los riesgos de invertir en tecnología es la diversificación, pues al tratarse de muchos proyectos, se busca apostarle a los que se considera que tienen mayor potencial.
"Por cada medio millón de pesos que se invierten en una startup, al menos deben tener 10 millones en otras inversiones", dijo Salázar.
Por su parte, José Villatoro, director general de Crowdfunder México, recomendó una diversificación en industrias, regiones, etapas y tipos de empresas para invertir.
El principal riesgo para los inversionistas se encuentra en el talento y falta de experiencia de los emprendedores.
En el 65 por ciento de los casos en que una startup no logra despegar, la razón del fracaso está directamente relacionada con fallas administrativas en los equipos, según datos de UpGlobal, firma organizadora de los Startup Weekend.
"En una startup todo se trata de las personas, los equipos son la principal causa de fracaso de las empresas en las primeras etapas.
El factor que define el éxito es si pueden conseguir al equipo adecuado en las primeras fases; esto pesa más que la idea de negocio", comentó Marc Nager, CEO de UPGlobal.
Otros de los riesgos para quienes desean invertir en un negocio tecnológico es que se enfrentan a un mercado sin validar y dependen de las preferencias de los consumidores de los servicios, que son altamente volátiles.
Adicionalmente, deben encarar la posibilidad de que alguien robe su idea y desarrolle un producto muy similar que aterrice antes en los mercados.
"En una empresa tradicional podrías tener un mercado más validado, en una digital tienes que esperar a que la gente la adopte. Ver que las personas realmente lo vayan a utilizar y que el mercado responda", señaló Gabriel Charles, director de Wayra en México, fondo que ha participado en la aceleración de 30 startups en México a lo largo de los últimos tres años.
Las compañías 'de ladrillo' basan gran parte de su valor en los inmuebles que poseen, tienen activos tangibles, mientras que las firmas digitales se adueñan de las preferencias del mercado en línea.
"Las ubicaciones de los locales son un activo importante en el que invierten las empresas, esto no lo tienes en una empresa digital", señaló Villatoro, de Crowdfunder México.
Por otro lado, una firma digital no tiene un límite físico a su crecimiento.
"Hay un número finito de esquinas para poner un Oxxo, pero hay miles de millones de personas conectadas a internet que usan Twitter y Facebook", expuso.
Para aminorar los riesgos, los expertos afirmaron que el talento y experiencia previa de los emprendedores son lo más importante. De igual forma, consideraron fundamental el conocimiento de la industria que pretenden transformar, diversificar el portafolio de inversiones y pulverizar los tickets, es decir, inyectar el capital en etapas.
500 STARTUPS, LA MAYOR FONDEADORA
Pese a los riesgos que tiene invertir en tecnología, en los últimos tres años el crecimiento acelerado de las startups en México generó la proliferación de fondos de inversión, incubadoras, aceleradoras de empresas y de apoyos por parte del gobierno a través del Instituto Nacional del Emprendedor.
Los capitalizadores coinciden en que las empresas digitales son negocios de alto impacto que no necesitan una inversión lineal para continuar con el crecimiento pronunciado en un tiempo corto y además tienen retornos financieros muy altos.
"El costo de arrancar negocios digitales es mucho menor que en uno físico, requiere menos infraestructura y menos gente para llegar a nuevos mercados; el internet te permite escalar muy rápido", expuso Pablo Salazar, cofundador de Naranya Ventures.
"Las cosas valen lo que la gente paga por ellas", añadió Eduardo Morelos, Manager de Wayra Academy.
"Pese a carecer en gran medida de activos tangibles, estos proyectos tienen una base de usuarios robusta que buscan monetizar", indicó.