¿Quieres remodelar o construir una casa? Dependiendo de la zona donde habites, ahora puede resultar hasta 19 por ciento más caro por la volatilidad del peso frente al dólar y al gasolinazo, explicaron expertos del sector.
En enero de 2017, la inflación nacional en la construcción residencial fue de 12.1 por ciento, respecto al mismo mes del año pasado. Sin embargo, en ciudades como Tijuana, Baja California; el alza de precios fue de 19.3 por ciento; en Ciudad Jiménez, Chihuahua, de 18.3 por ciento; en Tampico, Tamaulipas, 17.6 por ciento; en Tepatitlán, Jalisco, de 16.9 por ciento y en Torreón, Coahuila, de 16 por ciento. En la Ciudad de México el encarecimiento de los materiales alcanzó el 8.4 por ciento.
"Normalmente, cuando las familias tienen un ingreso disponible, lo dedican a la compra de materiales, como cemento al menudeo o de tabiques. Pero con la limitación que van a tener tanto en su ingreso, como en el crecimiento del precio de los materiales, pues esa adquisición se va a desacelerar, lo que hará que la autoconstrucción también tenga un impacto en el sector general de la construcción", explicó José Antonio Hernández, gerente del Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
Los expertos creen que la inflación en la construcción residencial puede alcanzar hasta el 17.5 por ciento durante 2017, en el peor de los escenarios.
"Otro aspecto negativo en la construcción es el incremento en las tasas de interés, que ya vimos que Banxico incrementó otros 50 puntos base hace poco, por lo que aumenta el costo del financiamiento. Es como un doble efecto 'perverso', pro un lado se tiene el incremento en los materiales inducido por la depreciación del tipo de cambio y el alza en los combustibles y por el otro lado están las alzas en las tasas de interés, pues nos da dos factores negativos para la construcción o adquisición de una vivienda", dijo Hernández.
Se estima que a lo largo de este año el sector de la construcción en México tenga un crecimiento en un rango de -1 a 0.5 por ciento, por debajo del avance de casi 2 por ciento observado en el 2016.
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