Empresas

Venta de libros cae 63% durante el segundo trimestre por el COVID-19

Las librerías que cerraron físicamente colocaron su inventario a través de e-commerce o en redes sociales. Además, dan cursos y talleres virtuales para mantener la sana distancia.

Durante los primeros tres meses de la pandemia del coronavirus en México –abril, mayo y junio–, la venta de libros se desplomó 63 por ciento, en comparación con el segundo trimestre de 2019, debido a que las librerías no fueron consideradas actividad esencial, por lo que estuvieron cerradas 90 días.

Entre abril y junio de este año, se vendieron poco más de 3 millones de libros, es decir 5.1 millones de unidades menos que en el mismo trimestre del año anterior, de acuerdo con datos del INEGI.

En tanto que, de enero a junio, el volumen de ventas de libros registró una caída de 15 por ciento anual, al pasar de 11.5 millones de unidades vendidas en el primer semestre del año pasado a 9.7 millones en los seis meses transcurridos de 2020.

La crisis sanitaria obligó a las librerías independientes de la Ciudad de México como Murciélaga, Casa Tomada y Gato Literato a ingresar al e-commerce con sus redes sociales, además de ofrecer cursos de literatura virtuales.

Josemaría Camacho, director de Casa Tomada, comentó que desde el 17 de marzo cerró su librería por la contingencia sanitaria, por lo que para mantener su negocio y sus cursos creó un catálogo digital para vender en sus redes sociales.

Agregó que sus cursos digitales se abarataron hasta 63 por ciento, pues antes de la pandemia costaban hasta 4 mil pesos y ahora mil 500 pesos, sin embargo, ahora cuentan con más alumnos e incluso duplicaron sus talleres.

Recordó que antes de cerrar la librería la venta de libros representaba 30 por ciento de sus ingresos y ahora aporta el 50 por ciento y el restante corresponde a los cursos.

"Antes de la cuarentena los cursos eran más o menos exclusivos con hasta 15 personas y eran más caros y ahora tenemos cursos con hasta 30 inscritos y más baratos", dijo el director de Casa Tomada que vende libros de editoriales independientes como Antílope, Sexto Piso, Almadía, entre otros sellos.

Otro caso es la librería Murciélaga quien desde que cerró sus puertas al público en marzo pasado pensó que su negocio no sobreviviría. Sin embargo, optar por la venta a través de sus redes sociales les benefició, pues desde marzo y hasta principios de agosto sus ventas se mantuvieron y ahora el 70 por ciento de sus ingresos provienen de la venta online y el 30 por ciento de la librería física, que ya retomó operaciones.

"La manera natural que vimos fue la venta en línea, pero no por una página, sino directamente con nuestra comunidad en redes sociales ofrecemos los libros, antes la gente venía a comprarlos y ahora lo que hacemos es mandarlos", dijo Óscar Benassini, socio de Murciélaga Librería.

Por su parte, Gato Literato estuvo a punto de quebrar, debido al cierre de su negocio por tres meses por la crisis sanitaria, esto pese a que migró su venta a sus redes sociales.

Pablo Álvarez, tendero de la librería, detalló que la comercialización que obtuvieron por redes sociales fue muy simbólica, pues las ventas por ese canal sólo representan el 10 por ciento de los ingresos que tenían antes de la pandemia.

Las ventas de la librería cayeron 70 por ciento. Regresó a operar desde julio y apenas empieza a recobrar el ritmo de su comercialización, por lo que aún corre peligro de cerrar.

"La verdad, el mes y medio que llevamos abierto, ha sido una carrera de subsistencia de resistencia porque estamos trabajando para no cerrar y ahorita es nuestra meta", aseguró Álvarez.

Espacios, en suspenso 

Para los 'libreros' mantener lo locales en donde exhiben colecciones literarias en tiempos de Covid, se ha convertido en una lucha constante.

En este sentido, pese a que Gato Literato obtuvo un acuerdo por tres meses con su arrendador, el negocio corre riesgo de cerrar ya que aún no se logra recuperarse, al sólo obtener ingresos para pagar la nómina de cuatro colaboradores y los gastos de la librería.

"La librería sí está en riesgo de desaparecer como espacio físico, al menos de aquí a diciembre analizaremos si, aunque sea sale para pagar sus gastos, si es así permanecerá, sino es posible que cierre sus puertas el proyecto de vender libros y la marca el Gato Literato seguirá, pero en línea", dijo.

Por su parte, Murciélaga dijo que analiza mudar su tienda física, ya que en marzo de 2021 terminará su contrato de arrendamiento, por lo que buscarán un sitio más económico y con un espacio extra para agregar una pequeña cafetería.

También lee: