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Sobreviviente de ‘La Sociedad de la Nieve’ habla del hambre en los Andes: ‘Te empiezas a autodigerir’

Carlos Páez, quien vivió el accidente de avión de Los Andes de 1972, narra cómo llegaron a la decisión de sobrevivir: ‘Carlitos, yo me como al piloto’, le dijo Nando Parrado.

Carlos Páez sobrevivió al accidente de los Andes en 1972, el cual inspiró 'La Sociedad de la Nieve'. (Foto: Netflix / Instagram @carlitospaezr).

Carlitos Páez, uno de los sobrevivientes de Los Andes en 1972, está en México y ha narrado algunos detalles sobre su historia de supervivencia durante 72 días luego de la caída de su avión: “Íbamos a jugar al rugby y de pronto nos caímos en la cordillera a 4 mil 200 kilómetros de altura”.

La tragedia de Los Andes ha inspirado películas a lo largo de los años, como La Sociedad de la Nieve, dirigida por Juan Antonio Bayona, la cual cuenta lo ocurrido tras el accidente de avión de 1972 en el Valle de las Lágrimas.

Carlos Páez Rodríguez, a quien llaman ‘Carlitos’, fue una de las personas que vivieron para contar lo ocurrido en Los Andes, al igual que Roberto Canessa y Eduardo Strauch.

De las 45 personas de aquel avión de Fuerza Aérea Uruguaya, 33 lograron vivir tras la caída, pero varias murieron en el transcurso de los días ante el frío, la falta de comida, accidentes e infecciones. Solo 16 salieron de las montañas y 14 siguen con vida.


¿Qué pasó en Los Andes en 1972? La historia real de ‘La Sociedad de la Nieve’

Actualmente, ‘Carlitos’ es empresario y suele dar pláticas sobre estrategias empresariales y superación personal.

En conversación con Azucena Uresti, él narró cómo fueron esos “largos días con sus noches”: “Es una historia maravillosa dentro del drama, pero maravillosa porque es un homenaje a la vida. Lo más atractivo era morirse, sin embargo, nosotros revertimos ese proceso”.

Yo era un junior que no servía para nada. Tenía niñera”, agrega Carlitos, quien cumplió 18 años en aquella montaña, “venía de una vida cómoda, sin frío. Para mí la cordillera fue una buena cosa, me enseñó que servía para algo, que podía aportar a los demás, fue un renacer. Si me preguntas si me volvería a subir al avión, te contesto que sí”.

El empresario rememora que aquel día era un viernes 13 y muchas cosas pasaron en segundos: se puso la cabeza entre los brazos, que era lo que había leído, rezó un ‘Ave María’ para “quedar bien con dios”.


“El avión se cortó 10 cm atrás de mi asiento, yo estaba en mocasines y a 25 grados bajo cero, fuimos a hablar con el piloto, el comandante estaba muerto, en la vida había visto a un muerto”. El copiloto solo repetía “pasamos Curicó, pasamos Curicó”, luego murió también.

Luego de ello, trataron de ubicarse, caminaron hacia el lado chileno, guiados por las palabras del copiloto, pero debieron caminar para el lado argentino.

¿Qué pasó con los cuerpos de la tragedia de los Andes?

Carlos relata que llegaron las carencias y en 10 días no comieron nada más que una lata de mariscos repartida entre 26, dos cuadritos de chocolate y dos vasos de enguindado.

“No es la misma hambre que tienes ahora de un sándwich. Es un hambre diferente, te empieza a doler el estómago, te empiezas a autodigerir, el cuerpo usa las reservas que tienes (por ello, la orina era color negro). El hambre... no te queda más remedio que utilizar a los muertos, ¿alguno de ustedes no lo hubieran hecho? Todos dicen que sí. Es el derecho a la vida. Si me volviera a pasar no espero 10 días”.

El tema surgió entre todos, pero él no se animaba a comentarlo porque era el más chico, hasta que Nando Parrado, quien había perdido a su hermana y a su madre, le dijo: Carlitos, yo me como al piloto”.

“La decisión fue fácil. Hicimos un pacto solemne que si alguno moría quedaba a disposición de los demás”, agregó, “la decisión de alimentarnos de nuestros compañeros muertos nos abrió la posibilidad de pensar en salir de los Andes”.

Sin embargo, él considera que la sed era peor que el hambre, derretir nieve era muy complicado por la temperatura baja, lo hacían con una lata.

Luego, el 22 de diciembre, los encontraron: “Dejamos de sobrevivir y empezamos a vivir... Triunfó la vida”.

¿Qué sobreviviente aparece en ‘La Sociedad de la Nieve’?

Familiares de muertos de ‘La Sociedad de la Nieve’ han hablado de lo difícil que ha sido ver la película, también ha sido un tema complejo para Páez, quien perdió a amigos en ese entonces.

Páez narró que le ha costado ver la película en ocasiones, como en el Festival de Venecia, cuando sintió ganas de levantarse e irse: “No podía soportar, uno minimiza las historias”. De hecho, la primera vez que la vio estuvo 10 días fuera del área de cobertura y afirma que es la cinta que más lo ha impactado: “para mí fue duro”

El sobreviviente además fue actor en La Sociedad de la Nieve: durante poco más de un minuto hizo el papel de su padre, el famoso pintor Carlos Páez Vilaró, en una escena en la que lee la lista de los sobrevivientes luego de que los rescatan. Eso le ha traído mucha fama: “no puedo ni salir a la calle”.

Es cuando lloro en la película, no por egocentrismo, es porque estoy marcando quiénes están vivos y los que murieron. Es un momento durísimo”, describe.

A su parecer, Bayona utiliza la realidad en el filme, “es un fanático de la realidad”: el rosario que sale en la cinta es el mismo que él tenía en los Andes, el reloj con el que su personaje da la lista también era suyo, el locutor que interactúa con su padre es entonces sigue vivo y tienen contacto.

En una entrevista con La Nación, Páez comentó que cuando Bayona selo propuso le contestó: “Déjame hablar con mi psicólogo; yo no soy actor”. Para ese momento en la cinta, lo tuvieron a dieta un año para bajar 17 kilos y repitió la toma nueve veces.

“Bayona me dijo que era una propuesta muy sanadora y es verdad, pero actuar no es fácil. ¡Lo que me pelee con Bayona! Porque, claro, ahí yo estaba contratado. Era un empleado más. Pero lo adoro, somos íntimos amigos, que se dedicó con pasión y actitud a esta historia”, agregó Carlitos al diario argentino.

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