Una nueva demanda recae en el actor Alec Baldwin luego de que disparara un arma que terminó accidentalmente con la vida de la fotógrafa Halyna Hutchins durante la filmación de Rust en un set de Nuevo México.
A la sumada hace unos días por el electricista Serge Svetnoy, esta vez es la supervisora del guión, Mamie Mitchell, quien se encargó de llamar al 911 luego del incidente, la que tomó cartas en el asunto asesorada por su abogada Gloria Allred.
En el documento, Mitchell asegura que el guión de la película no obligaba a Baldwin a disparar el arma aquel 21 de octubre. En cambio, existían tres planos de cámara cerrados: uno de los ojos del actor, otro de una mancha de sangre colocada en su hombro y el tercero de su torso.
“Eligió jugar a la ruleta rusa cuando disparó un arma sin comprobarlo y sin que el armero lo hiciera en su presencia. No había nada en el guión que dijera que el arma debía ser descargada por el acusado Baldwin o por cualquier otra persona”, contó Allred en una conferencia de prensa.
Tras acusar al actor y la producción de no seguir los protocolos de seguridad, Mitchell asegura que estaba a poco más de un metro de distancia cuando el arma fue disparada. “Nunca olvidaré lo que sucedió en el set de Rust ese día. Revivo el tiroteo y el sonido de la explosión del arma una y otra vez. Estoy deprimida y no me siento segura. Siento que, en cualquier momento, cualquier cosa podría pasarme a mí y a aquellos que me importan y que están cerca de mí”.
La demanda aplica para Alec Baldwin, quien disparó, y la productora Rust Movie Productions por permitir que se desatendiera el arma durante una pausa para comer en un carrito de comida; la armera Hannah Gutierrez Reed y el asistente de dirección David Halls también fueron implicados.