Juan Pablo Medina agradece estar con vida luego de su ingreso al hospital el pasado 15 de julio cuando comenzó a sentirse mal en el corte a comer en un llamado después de lo cual, y tras varios diagnósticos, se le amputó una de sus piernas.
Sus primeros síntomas fueron un fuerte dolor abdominal y un constante vómito, aunque al principio no lo consideró como algo grave. “Realmente pensaba que esto se me iba a pasar en un ratito. Llegó el momento que estaba pasándola muy mal, al grado de decirle a los productores ‘necesito ir al hospital’. Cuando llegué se pensaba que era una intoxicación, fueron tres o cuatro días que no recuerdo casi nada”, dijo a Oscar Uriel en entrevista.
El diagnostico de Juan Pablo Medina
Después de su internación lo único que le viene a la memoria de esos momentos son la cama en donde se encontraba y los cables que lo mantuvieron entubado. Los especialistas le tomaron una tomografía desde la cual se dieron cuenta que tenía coágulos en el intestino, por lo cual le hicieron un examen completo que mostraron los problemas en su arteria mesentérica.
“Tuve un Infarto silencioso. Yo tengo un coágulo en el corazón e hizo que se aventaran por toda la arteria”, confesó para la portada de abril de la revista GQ México y Latinoamérica. “Mi primera reacción fue de enojo, estaba encabronado de ¿por qué estoy aquí? Mi papá me dijo que pensara en mis prioridades, ahí fue cuando Paulina (su novia) entró y me choreó, pero cambió el chip en mi cabeza”, agregó.
Con una mentalidad distinta se enfrentó a uno de los dilemas más complicados que le ha puesto la vida, pues los doctores le manifestaron que intentarían salvar su pierna, aunque al final le ofrecieron seguir con vida. A partir de ahí se ha asesorado con un psiquiatra y valoró la importancia de la salud mental, ya que ahora no dejará la terapia que nunca había tomado con anterioridad.
“Yo decidí vivir, tenía más miedo de no despertar que de despertar sin una pierna. Soy muy afortunado, tomé la decisión de la amputación. Yo lo único que tenía en mente era salir de esta y que no me venciera”.
La prótesis de Juan Pablo Medina
El actor recurrió a la empresa alemana Ottobock y el modelo de prótesis Genium X3, que es la mejor en el mercado al contar con tecnología mecatrónica. A su vez, convivió con una persona que ya había pasado por lo mismo para tener su testimonio de primera mano.
Aunque bajó de peso por no dormir y casi no comer –a la vez que no tenía fuerza para levantarse de la cama- poco a poco comenzó con la rehabilitación y su condición ha mejorado, al grado que ya pudo jugar tenis.
“Puedo hacer de todo. Voy a poder tener una vida normal y eso es todo. Es pensar cómo me quiero ver, qué quiero hacer. Tengo ilusión de trabajar en el momento que mi cabeza esté lista, dominar la prótesis toma tiempo. Lo mejor está por venir. Es importante entender que todos pasamos por situaciones difíciles, pero nada te detiene y nada va a hacer que seas menos, que tengas menos oportunidades. El secreto está en creer en ti”.