El exesposo de Britney Spears, Jason Alexander, podría enfrentarse a una pena hasta de cinco años de cárcel después de haber irrumpido en la mansión de la cantante en California el día en que contrajo matrimonio con Sam Asghari para hacer una transmisión en vivo tras la cual fue arrestado y despojado de pertenencias como una navaja.
Tras los hechos, Spears decidió despedir a su equipo de seguridad e impuso una orden de restricción, por lo cual Alexander se mantiene en prisión al no pagar una fianza de 100 mil dólares y espera una nueva audiencia el próximo 2 de agosto luego de que le asegurara a la fiscal de distrito adjunta en el Tribunal Superior del condado, Erin Meister, que era inocente de los cargos que incluyen allanamiento agravado, vandalismo y agresión.
De acuerdo con Page Six, la declaración la emitió por videoconferencia. El futuro de Alexander cuelga de un hilo ya que también enfrenta un cargo especial debido a que se encontraba en libertad condicional por un caso no relacionado.
Alexander y Spears se casaron en 2004 durante un viaje a Las Vegas, pero filmaron el divorcio 55 horas después. “Britney Spears me invitó aquí. Ella es mi primera mujer, mi única mujer. Soy su primer marido. Estoy aquí para impedir la boda”, fue lo que gritó al momento de entrar a la propiedad de su ex –y amiga de la infancia- en junio pasado.
Los problemas legales de Jason Alexander
En el último año Alexander ha enfrentado diversos arrestos. En enero del año pasado se le puso bajo custodia por conducir bajo los efectos del alcohol y poco tiempo después, en agosto de 2021, fue acusado de evadir la seguridad en un aeropuerto en Nashville.
Su tercer arresto en los últimos meses se dio cuando acosó a una mujer, razón por la que violó una orden, tras lo cual se declaró culpable y fue puesto en libertad condicional hasta que reincidió en la boda de Britney Spears.