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Sylvester Stallone y Jennifer Flavin se divorcian luego de 25 años juntos

La pareja, que se casó en 1997 y comparte tres hijas, pidió respeto para llevar el proceso iniciado por la exmodelo estadounidense de una manera amistosa.

Jennifer Flavin solicitó el divorcio a Sylvester Stallone tras 25 años de casados (Foto: Instagram @officialslystallone)

Aunque hace poco el actor estadounidense Sylvester Stallone celebró 25 años de casado con su esposa Jennifer Flavin, la exmodelo solicitó el divorcio el pasado viernes en un tribunal del condado de Palm Beach, Florida, dejando atrás su historia de amor desde que comenzaron a salir, en el año 1988.

La también empresaria apuntó a una “disolución del matrimonio y otros asuntos” luego de algunos rumores que fueron alimentados por un tatuaje del protagonista de Rocky, quien se eliminó la cara de Flavin en el brazo para mostrar el diseño del famoso perro Butkus, quien lo acompañó como mejor amigo cuando se sintió perdido a los 26 años.

La pareja pide respeto para vivir el momento

Stallone y Flavin comparten a sus tres hijas Scarlet (20 años), Sistine (24 años) y Sophia (25 años) producto de una relación que inició en un restaurante en Beverly Hills, California y se formalizó con una unión en 1997.

Stallone reveló a la revista People en un comunicado que: “Amo a mi familia. Estamos abordando estos problemas personales de manera amistosa y privada”.

En tanto, Flavin declaró por la misma vía: “Me entristece anunciar que después de 25 años de matrimonio he presentado el divorcio de mi esposo Sylvester Stallone. Si bien ya no estaremos casados, siempre apreciaré la relación de más de 30 años que compartimos y sé que ambos estamos comprometidos con nuestras hermosas hijas. Pido privacidad para nuestra familia a medida que avanzamos amigablemente”.

La noticia llega después que ambos se dedicaran palabras como parte de sus bodas de plata a mediados del pasado mes de mayo. Mientras que la publicación de la también empresaria desapareció, el histrión de 76 años afirmó entonces que no había suficientes palabras para describir a una mujer desinteresada, dedicada y paciente que lo acompañó tres décadas de su vida.

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