Cuando Meghan Markle formaba parte de la familia real, sintió deseos de quitarse la vida tras la presión de ser parte de la corona en el Reino Unido y sus escándalos con la prensa británica, por lo que como parte de la segunda parte de su docuserie Harry & Megan, disponible en Netflix, Harry contó que se odió a sí mismo por no saber cómo reaccionar.
“Estaba devastado. Sabía que ella estaba luchando. Ambos estábamos luchando, pero nunca pensé que llegaría a ese punto”, contó ante las cámaras vía People. “Y el hecho de que llegó a esa etapa, me sentí enojado y avergonzado. No lo manejé particularmente bien. Lo traté como el ‘Harry institucional’ en lugar del ‘esposo Harry’. Y lo que se apoderó de mis sentimientos fue mi papel real”, agregó.
Fue en 2021, un año después que se diera a conocer la renuncia de la pareja a sus títulos reales, que ambos ofrecieron una entrevista a Oprah Winfrey en la cual la exactriz estadounidense admitió que llegó a tener pensamientos de atentar contra su bienestar.
“Me entrenaron para preocuparme más por lo que pensará la gente si no vamos a este evento o si llegaremos tarde. Mirando hacia atrás ahora, me odio por eso. Lo que ella necesitaba de mí era mucho más de lo que yo podía dar”.
La confesión de Meghan Markle a su madre
En los últimos capítulos en donde muestran su vida en Los Ángeles, así como el nacimiento de sus hijos y fotografías privadas, la madre de Meghan, Doria Ragland recordó el momento en que su hija le dijo que “quería quitarse la vida”.
“Eso realmente me rompió el corazón. Sabía que era malo que estos buitres la molestaran constantemente, solo molestando a su espíritu es que ella realmente pensaría en no querer estar aquí. Eso no es fácil de escuchar para una madre. Y no puedo protegerla. Harry no puede protegerla”, confió.
Durante su confesión, Markle argumentó que estuvo avergonzada de admitir lo que pasaba por su mente y que, aunque quiso buscar ayuda, en la familia real se preocuparon más por cómo se vería eso para la Institución que lideran.