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Juan Ignacio, hijo de Ignacio López Tarso, comparte estado de salud del actor: ‘Es muy fuerte’

De acuerdo con López Aranda, su papá seguirá en terapia intermedia. Si presenta mejoras en su estado de salud, lo pasarían a piso el jueves.

Juan Ignacio López Aranda, hijo de Ignacio López Tarso, compartió una actualización sobre el estado de salud del actor. (Moisés Pablo Nava)

Ignacio López Tarso fue hospitalizado en la Ciudad de México la noche del 3 de marzo, donde le diagnosticaron una oclusión intestinal que lo mantiene en terapia intermedia desde entonces, aunque la buena noticia es que su salud ha mejorado.

De acuerdo con su hijo, Juan Ignacio Aranda, el actor permanecerá los próximos dos días en terapia intermedia; no obstante, la oclusión intestinal que le diagnosticaron ahora es catalogada como media.

“Mi padre todavía tiene una semi oclusión intestinal y todavía no sale de su neumonía, sus signos vitales están bien, pero bajos todos: satura bajo, presión alta, pulso alto, frecuencia cardiaca alta, pero va a estar bien, está todo canalizado”, compartió el también actor en un encuentro con distintos medios a las afueras del hospital en que se encuentra López Tarso.

Además, mencionó que este martes le modificaron la dieta, pues de ser exclusivamente líquida ahora pasó a blanda, y si el primer actor responde bien y evacua correctamente, aproximadamente el jueves podría ser pasado a piso.


En cuanto al ánimo del protagonista de Macario (1960), su hijo compartió que se encuentra lúcido, e incluso ha bromeado con el hecho de haberse visto en televisión alrededor de 10 veces en los últimos días.

Le colocaron una sonda nasogástrica a Ignacio López Tarso

Como parte de su tratamiento, Juan Ignacio Aranda comentó que le colocaron a su padre una sonda nasogástrica, que sirve para llevar alimentos y medicamentos al estómago a través de la nariz del paciente.

Sin embargo, el primer actor no toleró el procedimiento, que resulta doloroso, y por eso buscaron otras vías para administrarle lo necesario.

“Le pusieron una sonda nasogástrica y eso es muy doloroso, le dolió mucho y no la toleró. Está un poco molesto, pero ahí va, es un hombre muy fuerte, es un verdadero toro de lidia”, mencionó.

“Tiene color, tiene chapitas, sus labios ya no están anda morados, sus piernas ya no están nada hinchadas; de como llegó, ese estómago todo dilatado, duro, duro, duro... Era una piedra la panza de mi papá. Nada, está muy bien”, aseguró López Aranda.

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