El músico británico Roger Waters reaccionó a las críticas de su vestuario durante sus conciertos en Berlín, lo que provocó una investigación por parte de la policía alemana.
El exintegrante de Pink Floyd aseguró que se opone al fascismo y no incitaba al odio cuando apareció en el escenario con una gabardina negra y brazalete rojo acompañado por soldados nazis que disparaban sus armas.
“Atrajo ataques de mala fe de aquellos que quieren calumniarme y silenciarme porque no están de acuerdo con mis puntos de vista políticos y principios morales”, explicó en un comunicado publicado en Twitter luego de ser acusado por el Ministerio de Exteriores israelí.
Las autoridades argumentaron que susceptible de “enaltecer” la violencia nacionalsocialista de una forma “hiriente para la dignidad de las víctimas” y, por consiguiente, “alterar el orden público”, declaró un portavoz de la policía a EFE.
¿Qué dijo Roger Waters sobre los ataques en su contra?
Waters argumentó que los elementos que forman parte de su show y que fueron cuestionados “son claramente una declaración en oposición al fascismo, la injusticia y la intolerancia en todas sus formas”.
Asimismo, apuntó a que ha representado a un “demagogo fascista desquiciado” durante sus presentaciones por décadas -desde su álbum The Wall, en 1980-. “Los intentos de retratar esos elementos como algo más son falsos y políticamente motivados”.
Roger agregó que ha pasado su vida hablando contra el autoritarismo y la opresión, por lo que defendió la inclusión de Anne Frank, víctima del Holocausto.
“Cuando era niño después de la guerra, el nombre de Anne Frank se pronunciaba a menudo en nuestra casa, se convirtió en un recordatorio permanente de lo que sucede cuando el fascismo no se controla”.
“Mi padre pagó el precio más alto”, reflexionó sobre su lucha en la Segunda Guerra Mundial. “Independientemente de las consecuencias de los ataques en mi contra, continuaré condenando la injusticia y todos aquellos que la perpetran”.