Espectáculos

Julián Figueroa confesó a Matilde Obregón su mayor sueño previo a su muerte

La periodista de espectáculos Matilde Obregón se despidió de su hijo Francisco, quien murió joven, tal como Julián Figueroa, uno de sus entrevistados.

Una de las entrevistas de Matilde Obregón la hizo al cantante Julián Figueroa. (Foto: YouTube Matilde Obregón)

Uno de los entrevistados de Matilde Obregón fue Julián Figueroa, quien al igual que su hijo Francisco murió de manera inesperada a corta edad. El primogénito de Maribel Guardia le confesó a la periodista de espectáculos algunos detalles sobre su infancia y la forma en la que quería ser recordado más allá del talento de su padre Joan Sebastian.

Desde pequeño a Julián le gustaba ser el líder, por lo que arrastraba a sus amigos a los problemas. La llegada de su familia lo ayudó a madurar en una carrera a la que calificó de mucha disciplina. “Me atrevo a decir que estoy en una de las etapas más bonitas y plenas que ha tenido en mi vida, con muchos sueños, proyectos y hambre de triunfar”, le dijo entonces para su canal de YouTube.

El intérprete de ‘Volaré’ creció en un camerino, por lo que afirmó que estuvo frente a las cámaras desde que tuvo memoria, con un primer recuerdo a los 3 años. Para él siempre fue fundamental el arte, por lo que no se veía dedicándose a otra cosa. “Me pagan por hacer algo que yo haría gratis”.

Además de su sangre, contó que ese gusto se afianzó con el ambiente en el que se desenvolvió, pues la literatura lo ayudó a comenzar a componer, incluso ganó 2 concursos porque en un principio quería ser escritor.


A los 9 años ya le cambiaba la letra a las canciones de reconocidos artistas para adecuarlas a situaciones propias. “La primera vez estaba nervioso de enseñarle una canción porque era muy exigente en todos los aspectos (…) Para mí, que yo admiraba mucho a mi papá, era muy importante su aprobación”.

¿Cuál era el sueño de Julián Figueroa? Esto dijo a Matilde Obregón

Fuera del dinero o las propiedades de ‘El Poeta del Pueblo’, Julián Figueroa tenía otra enseñanza. “La herencia más grande que me dejó mi padre fue enseñarme a trabajar, ganarme las cosas por mí mismo, a luchar por mis sueños. Yo no necesito colgarme de la herencia de nadie, con mi guitarrita y mis canciones, ganarme los muchos o pocos pesos que pueda y darle una buena vida a mi hijo y mi familia”.

Desde su punto de vista, ni la fama o la farándula lo llenaban, pero sí el reconocimiento de la gente, por lo que argumentó que le gustaría ser recordado como un gran compositor de la talla de antecesores como Roberto Cantoral, José Alfredo Jiménez o Juan Gabriel. “Tal vez estoy hablando de ligas mayores (…) Algún día ser contado en una de esas listas sería un sueño hecho realidad”.

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