Un juez de control concedió libertad a los dos jóvenes que fueron acusados por la Fiscalía General del Estado, por tentativa de homicidio y supuesta agresión hacia el fiscal del estado, Uriel Carmona Gándara tras registrarse un altercado a balazos con 10 de sus escoltas, el pasado jueves en la Autopista del Sol.
Javier e Israel, de 18 y 20 años de edad respectivamente, fueron detenidos el jueves en la carretera México-Cuernavaca a la altura de la colonia El Polvorín, en la capital del estado, después de que presuntamente intentaron detener el convoy, por lo que los elementos de seguridad hicieron disparos de prevención, lo que provocó que el auto en el que viajaban, se impactara.
Tras ser detenidos, se comprobó que los dos jóvenes no portaban armas pero viajaban en un automóvil con placas de la Ciudad de México que recibió 22 impactos de bala.
En la audiencia, el juez Ramón Villanueva calificó de ‘ilegal’ la detención y aseveró que no existieron elementos lógicos y razonables para sustentar la acusación que la FGE hizo hacia los jóvenes de tentativa de homicidio, cuyos familias manifestaron en días pasados su indignación.
Lo anterior, debido a la forma en que fueron detenidos y torturados, incluso los desnudaron y uno de ellos recibió un balazo a la altura de la cadera, por lo que al otro día solicitaron el apoyo del Gobierno del Estado, ante lo que ellos denominaron ‘las incongruencias’ del fiscal, pues horas y días después declaró en medios de comunicación que si existió una agresión y no atentado.
No obstante, la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Morelos (CEDHM) emitió un comunicado en el que señaló que los escoltas se excedieron al abusar de su autoridad por lo que emitió diversas recomendaciones contra la FGE. Asimismo, solicitó medidas precautorias que garantizaran la integridad física, psicológica y moral de los detenidos.
Padres demandarán a Carmona Gándara
Ante este incidente, tanto el padre Javier Díaz y el tío, José Antonio Díaz, en entrevista para El Financiero advirtieron que denunciarán ante la FGR y la CNDH, a los escoltas del fiscal y al propio Uriel Carmona por los golpes y la tortura a la que fueron sometidos los jóvenes, quienes aseguran en ningún momento intentaron agredir y/o detener al convoy como se asentó en la acusación que integró el Ministerio Público.
Los jóvenes aclararon que mientras regresaban de nadar de un balneario ubicado en la comunidad de Tehuixtla, en el municipio de Jojutla, se les cerró la camioneta de los escoltas del fiscal, quienes comenzaron a disparar y los obligaron a bajarse a golpes, sin embargo, no se identificaron como policías.
“Nos aventaron a la patrulla y nos llevaron a los separos donde no recibí atención médica, ni siquiera cuando me desmayé, fue hasta que ya me vieron todo lleno de sangre que me hicieron caso”, manifestó uno de los jóvenes.
Tras ser heridos de bala, los familiares advirtieron a medios de comunicación que el fiscal no reconocería el error e inventaría cargos, por lo que insistieron en que llevarán su caso a defensores de derechos humanos a nivel internacional.