Álvaro Enrique Ojeda Salazar, de 23 años, originario del municipio de Cortázar, fue identificado por sus familiares como uno de los siete migrantes guanajuatenses que fallecieron el pasado 27 de junio de 2022 al interior de una caja de tráiler abandonada en San Antonio, Texas.
Asimismo, este miércoles la Secretaría de Gobierno de Guanajuato reveló que hay un menor de edad que sobrevivió a la tragedia migrante en Texas.
Se trata de un menor originario del municipio de San José Iturbide.
La secretaria de Gobierno, Libia García Muñoz Ledo, informó que el último reporte que tienen es que el menor sigue delicado, pero estable, en un hospital en Texas.
Hasta el momento, las autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores confirmaron que 27 de los 53 migrantes muertos al interior de la caja del tráiler son mexicanos.
En un segundo intento encontró la muerte
Álvaro Enrique Ojeda Salazar vivía en la colonia Carrillo Puerto, en la zona urbana del municipio de Cortázar. Trabajaba en una tienda de pinturas en Celaya.
El pasado 7 de junio partió rumbo a Estados Unidos emocionado y con ganas de cambiar su situación económica para sus dos niños, de 2 y 5 años.
Días después se contactó con sus familiares y les contó que junto con otras personas habían pasado a Texas. Supuestamente, los polleros los habían resguardado en una casa donde los sorprendió “la migra” que los deportó.
Sin embargo, el 23 de junio les llamó y les dijo que iban a volver a intentar pasar, esta vez a bordo de un tráiler por Laredo.
Por ello, les pidió no le llamaran por un rato hasta que él los contactara, de ahí surgió la sospecha que Álvaro pudiera ser uno de los fallecidos en esa caja de tráiler. Al final este miedo resultó verdad.
Una hermana de Álvaro Enrique confirmó que su hermano estaba entre las víctimas, luego de que las autoridades le mostraron una fotografía de su cuerpo.
“Fui a Celaya y ahí, en Protección Consular, me mostraron una fotografía y reconocí a mi hermano”, señaló la joven.
“Mi hermano era muy buena persona. Mucha gente lo conocía. Tenía un club de autos y motos”, además de ser aficionado a las peleas de gallos, contó su hermana.
Era muy activo en Facebook
El 25 de marzo de 2021 compartió: “Quién te dijo que emigrar a otro país te daría la gran vida? Pues te cuento que te mintió... emigrar es trabajar de lo que salga ( que sea Honesto y Honrado) es aguantar insultos, ofensas, gritos, es levantarte muy de madrugada y acostarte muy de noche, a veces hasta dormir en la calle, es callar y llorar en silencio, es dejar de comprarte algo para ahorrar, es luchar cada día... no tienes idea lo que cuesta ganarse 100 dólares o euros... dormirte con dolor en los pies, en la espalda... querer abrazar a alguien al terminar la jornada y sólo tienes a tu almohada, es querer tener alas para volar e irte”.
“Es eso y más... así que si un familiar te envía aunque sea 10 dólares, ora por ella o él... ya que no tienes idea de lo que le costó ganárselo... así que sólo te pido algo, ora mucho por los emigrantes, no te burles de ellos, sólo Dios es testigo de lo que se sufre”, expresó.
Dos días después, el 27 de marzo de 2021, escribió: Me encanta cuando los vatos de mi rancho se van a trabajar a los Estados Unidos”.
Álvaro Enrique no le temía a la muerte, sobre esto compartió el 22 de junio de 2021: “Así quiero que me despidan (Cantando) cuando yo muera”.
Y en otro mensaje anterior del 9 de octubre del 2020 señaló: “Cuando yo muera quiero que me paseen por las calles de mi pueblo donde feliz me paseaba”.
Otras frases, en distintas fechas, contienen mensajes como: “Si lo sueñas, lo puedes lograr”, “Quiero, puedo y voy a lograrlo”, “Voy a llegar lejos, sólo dame tiempo”, “Aunque yo tenga poco, jamás envidiaré lo ajeno” y “Hasta que sea mi turno seguiré aplaudiendo el éxito de los demás”.
En las últimas horas, a través de las redes sociales, amigos de Álvaro Enrique compartieron fotografías y condolencias para la familia del joven de 23 años de edad, quien no alcanzó a cumplir el ‘sueño americano’.
La difícil espera por el cuerpo
La familia de Álvaro Enrique está a la espera de que les informen cuándo será repatriado el cuerpo, pues es un proceso que podría durar de diez a quince días.
Al respecto, la secretaria de Gobierno, Libia Denisse García, indicó que se trabaja en el proceso de repatriación de los cuerpos. No obstante, admitió que éste podría demorarse debido a que hay una investigación judicial en curso.
“Aproximadamente nos hablan incluso de un mes. Es un tema tardado, sobre todo porque hay una investigación criminal que llevan a cabo las autoridades estadounidenses. Pero nosotros estamos haciendo todo lo posible para que regresen a la brevedad. Es un proceso que lleva el Consulado Mexicano en Texas”, dijo la funcionaria.