Desolación e incertidumbre entre los pescadores y prestadores de servicios turísticos, y un panorama incierto, arrojó la marea roja a las familias de los puertos de Telchac, San Crisanto y Chabihau, que centran su esfuerzo en recolectar especies marinas muertas, que recalaron en las playas huyendo de las algas toxicas que hay en el mar, para enterrarlas y evitar focos de infección en la población.
Las manos de los trabajadores de los gobiernos estatal y municipal, vacacionistas y gente de la comunidad se vuelven insuficientes para reunir y llevar a las fosas de arena a peces, mantarrayas, langostas, culebras y otros animales marinos, pequeños y grandes, muertos.
Para los pescadores que tiran las redes para sacar a las especies que flotan en el mar este es el peor fenómeno natural que se ha vivido en los últimos 30 años con la marea roja, que tan solo en San Crisanto ya se reunieron más de seis toneladas de especies para enterrar en dos días.
La alcaldesa de Sinanché, cabecera de San Crisanto, Felipa Nery Mena Aguilar, considera que las afectaciones por este problema son inmediatas porque se suspendió la pesca, de la que dependen más de dos mil familias.
Los prestadores de servicios, indicó, están resintiendo la situación pues muchas familias que estaban de vacaciones en la playa decidieron retornar a sus hogares, pues no se pueden meter al mar ni salir a las playas porque están cubiertas de animales muertos.
Incluso, este fin de semana ya no llegaron excursiones a los puertos, y quienes decidieron permanecer en sus casas de la playa se sumaron a las brigadas de apoyo integradas por personal de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, Protección Civil, que con carretillas y palas reúnen los peces antes de que entren en proceso de descomposición.
Las afectaciones se resentirán por los próximos dos años, por ello se buscarán que se declare emergencia en los dos puertos para contar con el apoyo de las autoridades tanto federales como estatales, para quienes se dedican a la pesca, al turismo y los servicios.
Mena Aguilar destacó la labor que realiza la gente de la localidad, vacacionistas que se solidarizaron con el apoyo de gente de otras partes y del gobierno del estado, que han realizado labores de recolección de las especies muertas para dejarlas en zanjas que se han hecho.
“Hicimos una convocatoria y afortunadamente la gente respondió, entre sábado y domingo llegaron a San Crisanto más de 100 personas de dependencias del Gobierno del Estado y Ayuntamiento de Sinanché para sumarse a las labores de limpieza de las playas, junto con los pobladores, voluntarios”, anotó.
Se calcula que son más de 6 toneladas las que han recalado solo en esta zona de la costa yucateca, de todos los tamaños, y algunos muy pocos conocidos por la gente.
“Los mismos ciudadanos dicen que nunca habían visto algo tan espectacular como lo que viven ahora con la gran cantidad de peces muertos, con especies que no hay en México, que sólo se encuentran en países asiáticos”, subrayó.
“La marea roja afecta la temporada de verano para los restaurantes del puerto, pues han surgido comentarios en las redes sociales de que los restauranteros están vendiendo pescado contaminado, y no es así”, aseveró.
Aseguró que a las autoridades y habitantes del puerto de Sinanché les consta que los restauranteros se preparan con mucha anticipación con su pescado para que cuando llegue la temporada de vacaciones no tengan problema, pero los comentarios negativos en redes les está afectando ante la percepción de los consumidores.