Una caravana de más de 2 mil migrantes salió este domingo de la ciudad de Tapachula, ubicada en la frontera sur, y aún continúa avanzando por la carretera costera de Chiapas.
Los migrantes pretenden llegar a la Ciudad de México, donde buscan que se les otorgue la posibilidad de que el gobierno mexicano les autorice circular por todo el país sin ser detenidos y llevados a la estaciones migratorias.
Las personas, en su mayoría de Centroamérica, llevan meses varados en Tapachula, donde esperan obtener alguna visa humanitaria o reconocimiento como refugiados, sin posibilidad de obtener un trabajo y sin recursos suficientes para continuar la espera.
Por ello, se sumaron al llamado “Viacrucis del migrante”, que durante 10 años ha articulado la organización Pueblos Sin fronteras, quienes han demandado que el gobierno de México implemente una política migratoria que no obligue a las personas migrantes a permanecer en este país contra su voluntad.
Los migrantes llevan pancartas con consignas alusivas a su rechazo a instituciones, como el Instituto Nacional de Migración (INM), y en particular por la muerte de los 40 migrantes en un incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez.
Los dos mil migrantes caminaron en su primer día alrededor de 15 kilómetros y este día apenas avanzaron 10 kilómetros más, hasta llegar al municipio de Huehuetán. De Tapachula a la Ciudad de México son mil 158 kilómetros.
Bajo temperaturas que llegan a alcanzar 40 grados de temperatura, hay migrantes que caminan con sus hijos e hijas, por lo que intentaron abordar transportes públicos, pero agentes de la Guardia Nacional se los impidieron y los bajaron de autobuses.
Como en caravanas anteriores, van cientos de niños, niñas y bebés de brazos, quienes en Tapachula estaban viviendo en pequeños cuartos, hacinados en la espera de que autoridades migratorias les permitieran avanzar en su viaje.
Antes de salir hicieron actos de protesta simbólicos. Uno de ellos fue el pasado viernes, afuera de la Estación Migratoria Siglo XXI, la más grande del país.
Ahí quemaron dos piñatas con forma humana a quienes les pusieron imágenes con los rostros de Francisco Garduño, comisionado del INM, y del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre el planteamiento y demanda que está haciendo la caravana migrante está la disolución del INM, se quiten las atribuciones para que la Guardia Nacional y cualquier cuerpo militarizado participe en las labores de contención de la migración.
También garantizar que se castigue a los responsables del incendio de Ciudad Juárez y se modifique la ley migratoria para permitirles cruzar el país sin ser detenidos.
Hay que recordar que el primer gran embudo migratorio está en la frontera sur y Tapachula se ha convertido en un gran centro de contención donde hay ahora mismo migrantes de más de 15 países, quienes sí quieren salir tienen que contratar a traficantes de personas lo que pone en riesgo su vida.