Autoridades y vecinos del Lago de Tequesquitengo confirmaron que el nivel del agua disminuyó casi dos metros a raíz de las recientes ondas de calor y sequía, tanto por la evaporación como también por la sustracción de agua por parte de los habitantes que tienen casas de fin de semana ahí.
“Tenemos problema con el clima, porque a la fecha tenemos mucho calor, eso obviamente repercute para que descienda el nivel del lago, no solo es por la evaporación del agua, sino también hay muchas casas (de fin de semana) que riegan sus jardines y necesidades de la vivienda con el agua del lago; traemos un promedio de 1.30 a 1.50 centímetros”, informó Víctor Olmos, representante de los prestadores de servicios de Tequesquitengo.
Tanto los habitantes como los prestadores de servicios, de restaurantes, hoteles y deportes acuáticos están preocupados porque en mucho tiempo no habían observado el lago en estas condiciones y ellos se dan cuenta, porque en las playas ejidales el agua ya no cubre las rocas o retrocede.
Si bien el nivel aún no es crítico, los primeros problemas que pudieran derivarse, si las lluvias no llegan, es que en los embarcaderos no puedan salir las lanchas y encallen. Y en un tema más grave, al ser el lago más profundo del país, el fango de las profundidades subiría y sería más lodoso y todo se perdería.
“Todo se destruiría, perderíamos todo porque prácticamente vivimos del lago de Tequesquitengo, por ello es importante que cuidemos de este recurso natural, de dónde dependemos comerciantes, playas ejidales, club náuticos, hoteles, restaurantes y más”, expresó Victor Olmos quién es altamente conocido en toda la región por su empeño en el cuidado y preservación de este afluente.
Ante esta situación exigieron a los que tienen propiedades a no regar sus jardines con agua del lago y no prender sus bombas de extracción, porque es la primera vez en muchos años que el lago presenta esta crisis. Así como también el cuidar que las fosas sépticas funcionen adecuadamente para que no contaminen el lago del cual también obtienen un provecho económico.
Asimismo, comentó que si bien existe una planta tratadora en la zona del pueblo de Tequesquitengo para las aguas negras, estas son enviadas al lago y, aunque según ya fueron “tratadas”, si afectan y se corre el riesgo de que ingresen heces fecales.
Otro de los indicadores que les alertó a los que llevan años viviendo en el lugar es que los vecinos expresaron que “sudan mucho” y es precisamente por el efecto de vaporización del lago, que ya disminuyó más de lo normal, así como el nivel que va quedando marcado en las bardas.
Tequesquitengo es uno de los destinos turísticos más importantes del Estado de Morelos, pues cada fin de semana se contabilizan de 2 mil a 7 mil visitantes, sobre todo en quincena, que arribándote sitio a pasar el fin de semana, esta cifra aumenta los fines de semana largo.
Ernesto Flores Ramírez, conocido como “El Calavera” de los ejidatarios de San José Vista Hermosa contó para El Financiero que el temporal de lluvia se ha extendido a tal grado que el lago desciende a niveles de preocupación, cada año en los tiempos de secas baja de 80 a 90 centímetros pero este año, con la sequía ha sido al doble.
“Las lluvias no quieren caer y nosotros dependemos del lago; hace seis años fue tanta la lluvia que inundó jardines y albercas, pero ahora no llueve”, añadió.
Ante esta situación, integrantes de la Asociación Prolago de Tequesquitengo hicieron un llamado a los alcaldes de los tres municipios que abarca, Xoxocotla, Puente de Ixtla y Jojutla para desazolvar las barrancas que desembocan ahí, para que una vez que caigan las lluvias, el lago recupere su nivel.
Laura Elena Calderón Girón, vocera de Prolago, expresó que es necesario que las casas de fin de semana que se anuncian en plataformas regulen el uso del agua del lago, ya que ellos sí tienen agua potable por lo tanto no tendrían que tomar el líquido de este afluente.
Por último, Juan Garcia, instructor de esquí en las Playas Ejidales y quien lleva muchos años impartiendo clases a niños y grandes, así como otros destinos del país, contó que les afecta tanto a los embarcaderos como a los colonos, pues muchos dependen de este afluente y las lanchas ya no pueden ni subir ni bajar, por ello insistió en que la voluntad para cuidar del lago, es de todos.