Catharine Becket, especialista a cargo de venta de "joyas magníficas" de Sotheby's en Nueva York, había estado trabajando para obtener durante cinco años un brazalete específico con diamantes, de 1930, de Cartier.
"Siempre esperábamos que llegara a la subasta", dijo, "y fue apenas en invierno que hablé con la cliente, y ella decidió que era hora de venderlo". El brazalete, conocido como 'Tutti Frutti' por sus piedras multicolores de corte mogol, es uno de los diseños más reconocibles que Cartier haya fabricado, y varios brazaletes del mismo estilo y del mismo periodo se han vendido por millones de dólares.
La clienta de Becket heredó el brazalete años atrás, y lo había usado "creo que una vez", comentó Becket. Después de algunas discusiones, la cliente acordó poner la pieza de joyería en subasta en la importante venta de primavera en Sotheby's New York, que se suponía que se celebraría a finales de abril.
Y luego la pandemia de coronavirus golpeó.
Las subastas en vivo se cancelaron, y Sotheby's dio un giro hacia las ventas en línea. Con las economías mundiales vacilantes, los mercados de valores de Estados Unidos cayendo bruscamente y las personas atrapadas en sus hogares de forma indefinida, el éxito de las ventas de joyas en línea estaba lejos de ser seguro.
Becket llamó a la dueña del brazalete "y le dije que evaluaríamos si debía ser puesto en venta en línea o diferido a una subasta en vivo en una fecha posterior".
Para el asombro de Becket, las ventas de joyas coleccionables comenzaron a funcionar bien, muy bien. Hablando con sus clientes adinerados, descubrió que estaban comprando joyas como una especie de estímulo. "Los clientes están confinados en casa y, en general, llevan vidas relativamente tristes", señaló ella. Algunos, agrega Becket, le contaron que "están usando sus grandes diamantes dentro de sus hogares porque les da alegría".
Todos, agregó, "están esperando a que esto termine, y supongo que saber que una pieza de joyería de un millón de dólares te está esperando es una satisfacción para cuando las cosas vuelven a la nueva normalidad".
Los resultados hablan por sí mismos. Desde principios de marzo, Sotheby's ha realizado cuatro ventas en línea. De ellas, el 92 por ciento de cada lote se vendió, y el 61 por ciento de los lotes excedieron sus altas estimaciones. En total, las ventas generaron 6.1 millones de dólares, por encima de la alta estimación de 5.7 millones de dólares.
"Lo que estamos descubriendo es que cualquier cosa de buena calidad está funcionando bien", afirmó Becket, "y en realidad es mejor de lo que habría sido hace solo un par de meses".
Un anillo de diamantes de la década de 1930 que tenía un alto estimado de 90 mil libras (110 mil dólares) fue vendido por 162 mil libras; un anillo de diamantes amarillos que llevaba una alta estimación de HK por 1.6 millones de libras (206 mil dólares) fue vendido por HK 2 millones de dólares; un par de aretes de esmeraldas y diamantes de Graff se vendieron por 50 mil libras, por encima de una estimación alta de 32 mil libras.
Dada la solidez de estas ventas, Becket decidió que "podría llamar a la cliente con total confianza y decirle que pensé en que haríamos un gran trabajo [vendiendo el brazalete Tutti Frutti] en línea". El brazalete se ofrecerá en una venta independiente, con ofertas en línea abiertas del 24 al 28 de abril. La estimación es de 600 mil a 800 mil dólares.
Potencial de inversión
El aumento en las ventas de joyas coleccionables en línea llega en un momento en que el precio de los diamantes en bruto se ha hundido precipitadamente. Los precios en las subastas de la industria de diamantes en bruto se han reducido del 15 al 25 por ciento, según el Informe de Investigación Rapaport, publicado el 7 de abril, y la demanda de diamantes pulidos también se ha desplomado.
"Las exportaciones pulidas de la India cayeron 41 por ciento anual en febrero", escribió Rapaport, mientras que "los envíos de Bélgica cayeron 38 por ciento y los de Israel cayeron 73 por ciento".
Mientras tanto, "el inventario aumentó entre los fabricantes y distribuidores de diamantes, con nuevos suministros disponibles mientras la demanda se mantuvo congelada. Estimamos que el inventario intermedio aumentó 20 por ciento desde el comienzo del año hasta mediados de marzo".
Si los compradores están buscando un activo alternativo para usar su dinero, los diamantes (al menos por el momento) no son un refugio seguro.
"No creo que la gente estuviera comprando por el bien de la inversión", consideró Becket.
"Tuvimos una venta reciente en Hong Kong, en línea, que era casi exclusivamente de diamantes, y le fue increíblemente bien". Es cierto, continuó, que "ha habido una baja" en el mercado de subastas de joyas, ya que el valor de las piedras sueltas ha disminuido. Pero la demanda se ha mantenido fuerte, añadió Becket, para lotes con una procedencia convincente, un fabricante prestigioso o un elemento estético excepcionalmente atractivo para el objeto.
"E l brazalete Tutti Frutti es un buen ejemplo", explicó. "Las piedras en un brazalete Tutti Frutti son bastante modestas en valor intrínseco", porque Cartier eligió a propósito piedras de colores con imperfecciones para contrastar con los diamantes brillantes. "Así que las joyas Tutti Frutti las valoramos más como obras de arte".
Un millón de dólares... 'a ciegas'
Ahora la pregunta es si los compradores están dispuestos a gastar casi un millón de dólares en un brazalete que nunca han visto en persona.
Tradicionalmente, destacó Becket, las personas están más dispuestas a comprar cosas con las que están familiarizadas: un brazalete Cartier 'Love' o piezas hechas por joyeros famosos como Graff o Bulgari.
Sin embargo, en las últimas ventas, Becket ha visto una "ampliación" de lo que ha hecho bien en una subasta. "Un par de aretes multicolores para las orejas es algo que no pensamos que funcionaría tan bien en línea, y de repente tiene una serie de ofertas", contó. Por lo tanto, el brazalete Tutti Frutti puede ser la prueba definitiva de la voluntad de los compradores de dar un salto de fe en las subastas en línea.
"Si este tipo de piezas continúan funcionando bien, significará que la pandemia nos ha obligado a llegar al lugar al que nos dirigíamos de todos modos", consideró, "donde las personas se sienten cada vez más cómodas comprando cosas en línea, sin ser vistas".