Financial Times

Aranceles de EU 'atoran' la ratificación del T-MEC

Jesús Seade se reunirá con el Robert Lighthizer en Washington este jueves y viernes, mientras intentan salir de un atolladero que amenaza con aplazar el tratado.

México no podrá ratificar un nuevo acuerdo comercial de América del Norte a menos que EU levante los aranceles sobre el acero y aluminio que impuso el año pasado, dijo el principal funcionario del comercio para América del Norte.

Sin la eliminación de los aranceles "podría ser inevitable el retraso" de la ratificación de un acuerdo que reemplazaría al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994, dijo Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y veterano negociador comercial.

Seade se reunirá con el representante comercial de EU, Robert Lighthizer, en Washington este jueves y viernes, mientras intentan salir de un atolladero que amenaza con aplazar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) durante meses o incluso años.

El acuerdo T-MEC, firmado a fines del año pasado por el presidente estadounidense Donald Trump, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y el entonces presidente mexicano Enrique Peña Nieto, controlaría 1.2 billones de dólares en comercio trilateral anual. Pero Chuck Grassley, presidente del comité de finanzas del Senado de EU, escribió recientemente: "Si no se levantan esos aranceles, el T-MEC está muerto".

Canadá también está ejerciendo presión para ponerles fin a los aranceles anunciados el año pasado por Trump, cuando impuso aranceles del 25 por ciento al acero importado y del 10 por ciento al aluminio.

Los demócratas en el congreso estadounidense habían hecho de la mejoría de los derechos laborales en México una condición previa necesaria para discutir el acuerdo T-MEC que aún no ha sido ratificado por ninguno de los tres países.

Seade insistió en que la ley integral de reforma laboral que se aprobó en el Senado mexicano esta semana significaba que el país había cumplido cabalmente con su parte del trato, convirtiendo el problema de los aranceles en el mayor obstáculo pendiente.

La reforma laboral intenta poner fin a décadas de prácticas sindicales opacas y políticamente motivadas, garantizar la libertad de asociación y permitirles a los trabajadores votar mediante voto secreto. Ahora está en el escritorio del presidente Andrés Manuel López Obrador para ser aprobado.

Algunos demócratas y los sindicatos estadounidenses y canadienses temen que las nuevas reglas no se aplicarán rigurosamente. Pero Seade insistió en que la administración de López Obrador había aceptado totalmente las preocupaciones de EU sobre los asuntos laborales.

México quiere que el T-MEC se ratifique antes de que el congreso estadounidense entre en receso en agosto, y Seade dijo que sería un error si se retrasara hasta después de las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre de 2020.

Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la cámara de representantes, ha estado sopesando el costo político de darle a Trump una victoria legislativa con la ratificación del T-MEC antes de que Trump se postule a la reelección en 2020.

Seade volverá a Washington la próxima semana con la esperanza de reunirse con Wilbur Ross, secretario de comercio de EU, para resolver otra disputa comercial, esta vez sobre las exportaciones mexicanas de tomate de 2 mil millones. Seade dijo que no creía que habría un acuerdo si México tenía que plegarse ante las demandas de los productores de tomate de Florida a cambio de que se levantaran los aranceles sobre el acero.

Seade dice que su delegación de la industria del tomate en Sinaloa — conocido por ser la tierra natal del narcotraficante encarcelado Joaquín 'El Chapo' Guzmán — les preguntará a los funcionarios comerciales estadounidenses: "¿Quieren que les enviemos tomates o drogas?"

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