Si todo va según lo previsto en los próximos meses, Mike Froman, representante comercial de EU, logrará lo que sin duda será el premio más importante en la historia económica reciente del país.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) de 12 países, a punto de fraguarse casi siete años después de que EU se incorporara a las negociaciones, es de enorme magnitud en tamaño y alcance y empequeñece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México que entró en vigor hace dos décadas.
El TPP abarca alrededor del 40 por ciento de la producción mundial, incluyendo dos de las tres principales economías del mundo (EU y Japón). Reducirá las tarifas y otras barreras comerciales significativamente alrededor de la Cuenca del Pacífico desde arroz y carne hasta automóviles y productos químicos. Contendrá normas obligatorias relacionadas con el trabajo y el medio ambiente. Establecerá nuevos puntos de referencia delineando las reglas para las empresas de propiedad estatal en los países en desarrollo y la economía digital. Dejará a los rivales en Beijing y Bruselas con mucha envidia.
Sin embargo, el TPP ya está siendo criticado por muchos dentro del Partido Demócrata del presidente Barack Obama y por los sindicatos de los cuales ha dependido durante mucho tiempo. En momentos en que el Sr. Obama está situando su nueva "economía de la clase media" y la lucha contra la desigualdad en el corazón de su agenda, su empuje para obtener nuevos acuerdos comerciales hace que muchos en su banda política se retuerzan.
Tales son las políticas comerciales de EU.
El consenso entre muchos demócratas en lo que respecta a los acuerdos comerciales y la globalización es que no han sido favorables a la clase media, al contribuir a que los empleos bien remunerados de manufactura se envíen a ultramar y se estanquen los salarios.
Economistas como Joseph Stiglitz y Paul Krugman han planteado dudas con respecto al TPP. A pesar de haberse mostrado receptiva al respecto, Nancy Pelosi, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, ha sido contundente sobre el desafío que encara la administración.
Pero el Sr. Froman es firme: "Estamos haciendo esto para proteger los empleos estadounidenses y los trabajadores estadounidenses", le dijo al Financial Times en una entrevista.
El TPP es, dice, la manera de abrir más mercados para los bienes y servicios de EU en un continente de rápido crecimiento como Asia y de crear empleos bien remunerados en casa. Es también una manera de nivelar el campo de juego para los trabajadores estadounidenses mediante la inclusión de normas laborales y medioambientales más fuertes que podrán hacerse cumplir por medio de sanciones comerciales. Y al incluir a Canadá y México, cumplirá la promesa de campaña del presidente Obama de renegociar el TLCAN, algo que el ala progresista del Partido Demócrata ha buscado por mucho tiempo.
"Hay mucha gente que tiene preocupaciones justificadas acerca del impacto de la globalización en los patrones de producción, en empleos y en los salarios. Pero creo que es importante no confundir la globalización con los acuerdos comerciales", dice Froman.
EU, según él, tiene que tomar las riendas al establecer las reglas globales del comercio. Países como China están ocupados en crear sus propios bloques regionales de comercio que excluyen a EEUU y no incluyen los reglamentos que EEUU busca con respecto al trabajo, la propiedad intelectual o el Internet. El ceder terreno a sus rivales "tiene que ser peor para los trabajadores estadounidenses y la clase media estadounidense que incluso la situación actual".
Los negociadores de EU, Japón y los otros 10 países del TPP (incluyendo Chile y Perú) están involucrados en discusiones casi constantes. Los jefes negociadores que se reunieron en Nueva York la semana pasada continuaron avanzando en temas importantes. Los equipos de EU y Japón estarán en Washington nuevamente esta semana trabajando en su propio acuerdo bilateral centrado en los productos agrarios y automotores.
Todavía hay obstáculos y las negociaciones siguen siendo difíciles. Pero el acuerdo del TPP está "a sólo meses" de distancia, pronosticó Froman durante una audiencia ante el Senado la semana pasada.
EU comunicó a sus socios del TPP que quiere completar las negociaciones antes del verano para así poder presentar el acuerdo ante el Congreso a finales de 2015 y antes de que la campaña presidencial de 2016 empiece a entrar en calor.
En medio de las batallas partidistas campales sobre otras cuestiones, es de notar que el nuevo liderazgo republicano en el Congreso dice que quiere darle al Sr. Obama la autoridad "fast-track" (vía rápida) que necesita para firmar el TPP y, eventualmente, la negociación paralela con la Unión Europea.
Los grupos empresariales, los republicanos y la administración creen que una abultada mayoría en el Congreso respaldará la formalmente llamada Autoridad de Promoción del Comercio. Al preguntársele si espera que dicha votación tenga éxito, Froman simplemente responde con un confiado "Sí".
El consenso de Washington es que el Congreso probablemente votará acerca de la autoridad "fast-track" en los próximos dos o tres meses y que el TPP cerrará poco después.
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