En El Arte de la Negociación — la guía de Donald Trump para volverse rico rápidamente — explica cómo seducir a los clientes. "La gente quiere creer que hay algo que es lo más grande y lo mejor y lo más espectacular", escribió. "Yo lo llamo hipérbole veraz".
En el debate presidencial a celebrarse hoy, aproximadamente 100 millones de estadounidenses se verán expuestos al pensamiento mágico de Trump. EU puede ser grande nuevamente si elige al mejor negociador del mundo. Algunos lo verán como una estafa. Otros lo creerán de buen grado. A una gran, y, por ende, preocupante, proporción le importará muy poco su sinceridad. Actualmente, los votantes parecen vivir en un mundo diferente al que imaginaron los padres fundadores de una ciudadanía informada.
En la búsqueda del mejor de todos los negocios, Trump tiene dos socios clave. El primero es los medios de comunicación. Los conservadores creen que los medios convencionales sufren una profunda inclinación liberal. Según ellos, la mayoría de los periodistas son probablemente de izquierda.
Pero eso es irrelevante. Lo genial de Trump es que comprende que la desesperada búsqueda de índices de audiencia por parte de las cadenas de televisión supera las inclinaciones ideológicas. Leslie Moonves, presidente de CBS News, lo expresó claramente a comienzos de este año. La celebridad de Trump había hecho milagros para los ingresos por publicidad de la red. "Podría no ser bueno para EU", dijo. "Pero es muy bueno para CBS". Los históricos índices de audiencia del lunes tendrán poco que ver con la Sra. Clinton.
La estrella de televisión también ha aprovechado los valores de los medios liberales. Fox News aparenta ser imparcial. CNN, por otra parte, equilibra las voces liberales con las voces adversas creíbles.
En un momento de aguda polarización, esa falsa equivalencia es oro molido para Trump. Él tal vez dirige una fundación de caridad "pay-for-play" (pagar para jugar), pero los Clinton también. Él podrá negarse a mostrar sus declaraciones de impuestos. Pero Clinton ocultó un servidor de correo electrónico privado. Después de todo, ambos parecen igualmente malos. Si no ocurre una filtración de información como la de Edward Snowden del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), los votantes nunca verán sus declaraciones de impuestos.
Los principales medios dedicaron más tiempo a la afirmación de Trump de que la Sra. Clinton creó al Estado Islámico que a sus políticas para derrotarlo. Lo primero fue un invento de Trump. Lo segundo es algo serio. Pero Trump comprende una verdad sobre la poca confianza actual en la democracia que muchos otros aún no logran comprender. La gente quiere entretenimiento. "Puedo interpretar las fantasías de las personas", escribió Trump en su libro de mayor venta. En ese campo de juego, la ventaja de Clinton desaparece.
Como seres humanos siempre somos vulnerables al engaño. ¿Recuerdan aquellos funcionarios de la República de Weimar en la Alemania de la década de 1930? Ninguno de ellos podía mantener la atención del público.
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