Financial Times

¿Goldman Sachs puede jugar como el Real Madrid?

La clave para que el Real Madrid sea un equipo exitoso es la cultura, la cual se fundamenta en los valores de sus aficionados, ¿pero este método se puede aplicar a las grandes empresas?

Si quieres demostrar la superioridad de tu organización, encuentra una manera de hacerlo. 'La manera de Toyota', la codificación de los secretos del fabricante japonés, no sólo ayudó a difundir el evangelio de la manufactura esbelta, sino que dio lugar a otras guías para el logro del éxito empresarial, desde 'La manera de Lenovo' a 'La manera de Amazon'. Algunos están escritos por admiradores fuera de la compañía; algunos — como 'La manera de Virgin' de Richard Branson — son escritos por vanidosos ejecutivos de las empresas mismas.

Ahora, con toda la previsibilidad de un cabezazo de Cristiano Ronaldo, llega otra manera de lograr el éxito: 'La fórmula Real Madrid'. En su nuevo libro, Steven Mandis — un académico, empresario y exbanquero de Goldman Sachs — ha tratado de develar qué hay detrás de los logros del club de fútbol español, en — y más notablemente fuera — del terreno de juego.

La paradoja: mientras que la promesa de estos recuentos es que va a enseñarles a otras organizaciones cómo ser mejores, los directores ejecutivos exitosos nunca se sincerarían, ni siquiera con los observadores de buenas intenciones, a menos que pensaran que su propio negocio tiene un cierto polvo mágico que no sería fácilmente producido en masa.

En el caso del Real Madrid, Mandis asegura que la clave no es el enfoque tan imitado basado en datos analíticos de los deportes, como el descrito en el libro de Michael Lewis 'Moneyball' de 2003, en el cual Billy Beane revivió el equipo de béisbol de los Atléticos de Oakland. Sino, más bien, que la clave es la cultura. Él se concentra en su modelo de una organización propiedad de sus miembros, cuyas decisiones giran en torno a — y cuyo éxito se alimenta de — los valores de sus aficionados y de los de la comunidad en general.

Los simpatizantes de los clubes más pobres, celosos de los sucesivos éxitos del 'pudiente' Real Madrid — e incluso los neutrales hastiados del engreído Ronaldo y de sus compañeros de equipo — resoplarán. Lo que yo creo que le da credibilidad y sustancia adicionales a 'La fórmula Real Madrid', sin embargo, es que forma un díptico con el libro anterior de Mandis acerca de otro lugar con una fuerte cultura que también atrae una mezcla de admiración y de envidia: su anterior empleador, Goldman Sachs.

Los banqueros superdiscretos de sobrios atuendos del centro de Manhattan se parecen poco a los aficionados del Real Madrid portando banderas en el estadio Bernabéu o — con algunas excepciones — a las estrellas del futbol. Con el juego inglés bajo escrutinio por presunta corrupción, puede parecer extraño ofrecer a los clubes de fútbol como modelo en lo absoluto. Pero existen paralelos y lecciones.

El club anima incluso a los jugadores de alto perfil para que jueguen por el bien común. Ronaldo ajustó su juego para acomodarse al talentoso jugador galés Gareth Bale, quien fue contratado en 2013. La decisión de comprar al pulcro delantero James Rodríguez en 2014 y rechazar al rebelde delantero Luis Suárez fue una señal más de la importancia que el club le confiere a traer nuevos jugadores que puedan adaptarse a la comunidad.

Mandis escribió que justo lo contrario había ocurrido en Goldman después de su oferta pública inicial de acciones.

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