LONDRES.- Google le dio a las fuerzas de seguridad británicas acceso especial a su sitio de videos YouTube que les permitirá revisar inmediatamente contenido que piensen que amenaza la seguridad nacional.
Estos nuevos "superpoderes" subrayan la creciente preocupación entre los gobiernos que luchan por mantener a raya la proliferación de material jihadista a raíz de la guerra en Siria, lo que sin embargo podría causar inquietud entre los defensores de derechos civiles.
Espías occidentales ahora hablan de la radicalización de sus propios ciudadanos que van a pelear contra el régimen de Bashar al-Assad como su principal preocupación en cuanto a terrorismo. Unos 2 mil combatientes, incluyendo 400 británicos, se han movilizado a Siria desde Europa.
Los permisos de YouTube otorgados por Google al Ministerio del Interior británico en semanas recientes incluyen un poder para marcar bloques de contenido "a escala" en lugar de sólo escoger videos individuales.
Son en parte una respuesta al bombardeo hecho por las autoridades de seguridad para persuadir a proveedores de internet, buscadores y redes sociales de censurar más de su contenido propio a material extremista, incluso si no va en contra de la ley.
Los fiscales británicos ya están habilitados para requerir la remoción de contenido ilegal.
James Brokenshire, ministro de Seguridad e Inmigración de Gran Bretaña, afirmó que el gobierno tiene que hacer más para lidiar con material "que tal vez no es ilegal, pero que ciertamente es moralmente ofensivo y no el tipo de material que la gente quiere ver o recibir".
Afirmó que entre las opciones consideradas por el gobierno hay un "código de conducta" para proveedores y compañías de internet.
El gobierno, añadió, también está abierto a explorar opciones mediante las cuales los motores de búsqueda o las redes sociales cambien sus algoritmos para que ese contenido moralmente ofensivo casi no aparezca o lo haga junto con material más equilibrado, una polémica propuesta que podría ser recibida con resistencia.
Un vocero de Google confirmó que el Ministerio del Interior recibió los poderes especiales para YouTube, pero subrayó que es la propia empresa la que tendrá la última palabra en cuanto a remover contenido del portal.
"Tenemos una política de cero tolerancia respecto a contenidos que incitan a la violencia", dijo un portavoz de YouTube.
"Nuestras directrices prohíben dicho contenido responde ante los videos reportados a cualquier hora, habitualmente removiendo aquellos que contienen discursos de odio o que incitan a cometer actos violentos.
"Para incrementar la eficiencia de este proceso, hemos desarrollado un programa de sólo-por-invitación que ofrece a los usuarios que reportan videos herramientas para reportar contenido a mayor escala", abundó.
Google, además, ha ofrecido publicidad gratuita a organizaciones anti extremistas para promover su contenido cuando se realizan búsquedas de material moralmente ofensivo.
Financial Times