Seis meses después de ser atacada, la compañía china de telecomunicaciones Huawei está cambiando de una estrategia defensiva a una ofensiva.
Esta semana, la compañía china ha indicado que tiene la intención de demandar a EU -que ha calificado su equipo de telecomunicaciones como un riesgo de seguridad nacional- por prohibirle acceso a contratos federales.
La demanda se produce después de semanas de campañas publicitarias, un cortejo asiduo de periodistas de todo el mundo e incluso un intento de difundir el hashtag #HuaweiFacts en redes sociales.
A fines del año pasado, Huawei parecía estar abatida, ya que la red de intercambio de inteligencia 'Five Eyes', compuesta por cinco países, y otros aliados europeos estaban considerando unirse a Washington para bloquear sus equipos de la infraestructura de próxima generación: las redes 5G que permitirán una transmisión más rápida de vídeos y una respuesta increíblemente rápida en los dispositivos del Internet de las cosas.
Pero esa campaña se está tambaleando. El Reino Unido y Nueva Zelanda han dado marcha atrás; Alemania y Francia también están adoptando una línea más conciliadora, aunque Mike Pompeo, el secretario de Estado de EU advirtió sobre las consecuencias de usar el equipo chino.
Mientras el Reino Unido consideraba el debate sobre Huawei, la compañía británica de telecomunicaciones BT se convirtió en una de las primeras empresas extranjeras en obtener una licencia para ofrecer redes corporativas de telecomunicaciones en China.
Una serie de personas de renombre como Robert Hannigan, exdirector de GCHQ, la agencia de inteligencia de comunicaciones del Reino Unido, mostró su apoyo de una línea más flexible. El fundador y presidente de Huawei, Ren Zhengfei, una persona normalmente muy solitaria, concedió entrevistas a la BBC y la CBS.
Al acudir a los tribunales, Huawei está siguiendo el ejemplo de Kaspersky Lab, la compañía rusa de seguridad cibernética que presentó dos demandas después de que funcionarios estadounidenses le prohibieron acceso a los sistemas gubernamentales en 2017, argumentando que la movida viola la prohibición constitucional de aprobar una ley que castiga a un individuo o grupo sin un juicio.
Lo que ha provocado las preocupaciones de EU con respecto a Huawei es el dominio cada vez mayor de China de la tecnología del Internet móvil. Beijing, motivado por no haber desempeñado un papel importante en las generaciones anteriores de Internet móvil -en parte porque había diseñado sus propios estándares- estaba decidido a superar a todos con respecto al 5G.
Una mirada a los organismos relevantes de la industria muestra el éxito que ha tenido. El año pasado, Houlin Zhao fue reelegido para un segundo mandato de cuatro años como secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la agencia de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y las comunicaciones, en operación hace 154 años.
China también domina el 3GPP, la organización que desarrolla y establece estándares, con 110 miembros individuales (incluyendo algunas filiales locales de multinacionales) provenientes de China en comparación con 82 de EU, el siguiente grupo más grande.
"El proceso para establecer las normas siempre ha sido largo y arduo, y típicamente los técnicos intentan utilizar el sistema en su propio beneficio", dijo un exregulador estadounidense. Las acuerdos a puertas cerradas para obtener votos juegan un papel importante, agregó.
Mientras tanto, el gasto de Huawei en investigación y desarrollo ha colocado al grupo en una posición envidiable.
Mientras que los fabricantes de equipos de telecomunicaciones de Europa y EU se estaban recuperando de la enorme deuda de la industria de las telecomunicaciones a fines de la década de 1990, despidiendo personal y recaudando fondos, Huawei estaba construyendo sin atraer la atención global. Hoy incluso sus críticos admiten que Huawei construye buenos equipos.
El jurado está deliberando sobre las quejas contra Huawei, incluyendo robo de propiedad intelectual y espionaje. Huawei tal vez esté sufriendo, pero no está vencido.