En los antiguos distritos de callejones o "hutongs" de Beijing, una pared interior da cara a la puerta de cada casa con patio central. La pared tiene como propósito evitar que los malos espíritus entren en el santuario interior.
El Internet de China tiene un diseño similar a sus casas con patio central. El camino está bloqueado para extranjeros como Google y Facebook — a pesar de los esfuerzos de Mark Zuckerberg — mientras que Alibaba, Baidu y Tencent — las mayores empresas de Internet chinas — tienen excelentes espacios. El espacio cibernético está amurallado y dividido.
Hace unos años, el gobierno de China parecía estar en conflicto con la naturaleza misma del Internet, luchando para censurar a los blogueros con millones de seguidores en Weibo, un servicio similar a Twitter. Desde entonces, ha demostrado que la censura puede coexistir con una dinámica cultura en línea, a medida que el comercio electrónico y el entretenimiento han remplazado al debate político y al intercambio de información sensible.
Deng Xiaoping, su exlíder, fue pionero del "socialismo con características chinas", la mezcla de un sistema empresarial orientado hacia el mercado con un control central que ha sustentado su desarrollo.
El presidente Xi Jinping ahora tiene un Internet con características chinas.
Durante mi visita a China la semana pasada, justo después de su celebración anual de ventas en línea del Día de los Solteros del 11 de noviembre — el cual este año atrajo 17.8 mil millones de dólares en pedidos — me sorprendí de cuán rápido ha evolucionado su economía digital. Generalmente dirigimos nuestra atención hacia EU en lo que a innovación en línea se refiere, pero China cuenta con una significativa cantidad de innovación propia.
WeChat, la aplicación de mensajería y comercio electrónico móvil propiedad de Tencent, representa el ejemplo más reciente. Los teléfonos inteligentes se han extendido rápidamente — con 620 millones de los 688 millones de usuarios chinos del Internet siendo dueños de dispositivos móviles — y WeChat ha superado a Weibo como su red en línea líder.
Eso se debe en parte a que surgió en el momento adecuado. WeChat fue lanzada hace cinco años y creció a medida que el gobierno se oponía al uso de Weibo como herramienta para la disidencia política. En 2013, las estrellas de Weibo eran internautas, o 'ciudadanos de la red', que enfocaron la atención sobre la corrupción y los abusos de poder, lo cual condujo a una represión de la propagación de "rumores en línea".
WeChat evadió la purga por ser más privada. La aplicación establece un límite máximo de 500 participantes en un chat de grupo. Los disidentes políticos y académicos que ya no podían compartir sus críticas con millones de personas se pasaron de Weibo a WeChat, donde pueden conversar en círculos más pequeños.
El debate político se ha trasladado del equivalente virtual de la plaza de Tiananmén a los patios privados. Los límites a la libertad de expresión socavan la capacidad del pueblo chino de intercambiar información sin censura y sin mediación, lo cual es uno de los beneficios del Internet. Pero las concesiones con respecto a la censura han desatado innovaciones que han resultado en ganancias económicas.
WeChat es más que una red de mensajería para usuarios con opiniones controversiales. Ofrece una amplia gama de servicios para sus usuarios chinos, muchos más que aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Facebook Messenger. Se puede utilizar para todo, desde pedir taxis, ordenar entregas de alimentos y comprar boletos de cine hasta hacer citas médicas.
Es tanto una plataforma de comercio electrónico como una aplicación de mensajería, la cual les permite a los usuarios pagar por bienes y servicios a través de su servicio WeChat Pay. "WeChat es como un sistema operativo para China", comentó Connie Chan, socia de la firma estadounidense de capital de riesgo Andreessen Horowitz.
China está rezagada detrás de los mercados maduros en EU y en Europa en cuanto a la calidad de tiendas físicas y a la disponibilidad de productos de marca. Esto ha abierto una brecha que está siendo llenada por aplicaciones como WeChat y por Alibaba, el mercado en línea líder. Es probable que el comercio electrónico represente el 18 por ciento de las ventas al por menor en China este año, en comparación con alrededor del 8 por ciento en EU.
Los temores sanitarios y la falta de controles de calidad han llevado a los compradores chinos a desconfiar de los productos en sus tiendas. Ahora pueden comprar marcas globales en WeChat de JD.com, el minorista en línea, y tener sus pedidos entregados, a menudo el mismo día, por uno de sus mensajeros. El comercio electrónico ha liberado a los compradores.
Existe algo impactante en relación con todo esto. En poco tiempo, China se ha convertido no sólo en el mayor mercado de comercio electrónico del mundo, sino también en un innovador en servicios móviles. Sus empresas mezclan mensajería, pagos y ventas al por menor en línea mejor que cualquier rival estadounidense.
También existe algo triste. El gobierno de China ha mejorado las vidas materiales de los ciudadanos y les ha traído beneficios económicos mientras que frena su derecho a la libertad de expresión. Éste es el Internet de China, no el Internet del otro lado de la pared.
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Financial Times