Cada director de la Reserva Federal de EU parece ser golpeado por una crisis en su primer año. Para Paul Volcker en 1979 fue una inflación desenfrenada. Para Alan Greenspan en 1987 fue el colapso del "lunes negro". Y para Ben Bernanke en 2006 fue el estallido de la burbuja inmobiliaria en EU. Sin embargo, cualquier cosa que le pegue a Janet Yellen, inicia con un problema que ninguno de sus predecesores tuvo: La Fed ha agotado su arsenal. Además, la única arma que la Fed piensa que tiene –la magia de la "orientación al futuro" es simplemente una pistola de salva.
Dado la cantidad de énfasis que la Sra. Yellen coloca en la orientación al futuro, su primer problema es sencillo. Un año que ha sido pronosticado ampliamente como de despegue económico está una vez más en peligro de fallar antes de que suceda. La creación de trabajos en EU desde noviembre ha promediado 116 mil al mes –muy por debajo de la velocidad de escape. El crecimiento en la manufactura se ha estancado. Y el crecimiento de las exportaciones se está reduciendo rápidamente. Algo de esto puede ser estacional. El "vórtice polar" del mes pasado no fue un buen momento para que los buscadores de trabajos salieran a la calle. Pero es inconsistente con el fuerte rebote esperado para 2014.
Si estos números continúan, la primera opción de la Sra. Yellen –detener el estrechamiento por parte de la Fed en los últimos dos meses– sería difícil de hacer aunque quisiera. En su última junta en enero, el Sr. Bernanke disminuyó la flexibilización cuantitativa por otros 10 mil millones a 65 mil millones de dólares al mes. La Sra. Yellen, que debe presentar su primer testimonio ante el Congreso mañana, le apoyó en esto. El año pasado la Fed confundió a todo el mundo –y sacudió los mercados– al insinuar que el estrechamiento era inminente y entonces al cambiar de idea justo antes de comenzar en diciembre. Otro cambio les haría parecer descuidados. Aparte, la Sra. Yellen ha dejado claro que los costos de QE3, en términos de rendimientos de las acciones de mercado, comenzaban a exceder sus beneficios. Así que esperamos que continúe con el estrechamiento.
La segunda opción, el arma principal de la Fed, bajar las tasas de interés ya se usó demasiado hace tiempo. EU está ahora en su sexto año de tasas de interés de cero. Algunas personas, incluyendo Lawrence Summers, quien fuera la controversial primera selección de Barack Obama para reemplazar al Sr. Bernanke, creen que el equilibrio para la tasa de interés debería estar varios puntos abajo. Este argumento inició un fuerte debate sobre el "estancamiento económico".
Pero aun si está correcto, y aun si la Sra. Yellen compartiera su diagnóstico, es muy dudoso que pudiera persuadir a la dirección de la Fed a que buscaran mayor inflación para lograr tasas de interés profundamente negativas. Además, el escándalo resultante en el Congreso, sería una amenaza para la independencia del banco central: sería un regalo para aquellos que quieren "acabar con la Fed". Por lo tanto esta opción se puede descartar.
Eso deja la orientación al futuro. Su gran ventaja es que las palabras son fáciles de decir –todo lo que la Fed tiene que hacer es cambiar un poco su lenguaje y las expectativas del mercado supuestamente se alinearán. Su gran desventaja es que los mercados muchas veces ven a través de estas cortinas de humo de la Fed. Algunos de los mejores economistas han construido modelos de fierro para justificar la orientación al futuro. Pero los economistas monetarios pueden ser demasiado astutos. Como Liaquat Ahamed, el historiador de la banca central dijo en una entrevista con el Sr. Bernanke el mes pasado, la orientación tiende a funcionar en teoría pero no en la práctica.
El problema de la Sra. Yellen se ve en la continua confusión de los números sobre el desempleo en EU. Bajo la guía actual de la Fed, que fue comunicada temprano en 2012, se comprometió a mantener las tasas de interés en cero hasta que el desempleo cayera debajo de 6.5 por ciento o que la inflación excediera 2.5 por ciento. El mes pasado el desempleo cayó a 6.6 por ciento –un mes o dos antes de caer debajo de su umbral. La inflación no aparece por ningún lado.
Nadie cree que la caída en los números del desempleo refleje que se esté sobrecalentando la economía de EU. La caída es más bien el resultado de que la gente abandona la búsqueda de trabajo más que de la creación robusta de trabajos. Mark Carney, el director del Banco de Inglaterra, se enfrenta al mismo problema y él prometió mantener las tasas de interés bajas hasta que el desempleo en el Reino Unido cayera abajo de 7 por ciento. Recientemente cayó a 7.1 por ciento. De nuevo, se ve poco probable que eleve las tasas al bajar el desempleo a esos niveles. Ninguna de esas guías tiene credibilidad con los mercados, volviéndose por tanto inútiles.
¿Hay algún lenguaje que funcione? Como la orientación al futuro es básicamente un asunto de confianza, la respuesta es probablemente no. Al momento en que falla un truco, el mago pierde credibilidad. La Sra. Yellen debe ahora encontrar nuevos criterios en los que pueda creer el mercado.
Los banqueros centrales fueron los héroes de la crisis de 2008. Al enfrentarse a otra Gran Depresión, buscaron sus bazookas y las dispararon. El reto para la Sra. Yellen es hacerse cargo en esta época de ambigüedad profunda. No solamente las amenazas en el horizonte son difíciles de anticipar, como siempre son, pero se enfrenta a ellas sabiendo que el arsenal de la Fed se encuentra vacío.
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