Es una premisa común en Wall Street: cuando el dólar sube, los precios de las materias primas bajan.
La lógica tiene sentido. La mayoría de las materias primas comercializadas internacionalmente están cotizadas en dólares estadounidenses, tales como los futuros de referencia como el petróleo crudo Brent. Por lo tanto, el incremento en el valor del dólar incrementa el valor de la misma cantidad de toneladas, barriles o bushels, dadas las mismas circunstancias.
En el mundo real, no es tan sencillo y cualquiera que apueste a que el incremento del dólar va a presionar de manera uniforme a los precios de las materias primas está buscando problemas. Algunas materias primas son más sensibles al dólar que otras.
Un ejemplo es el oro. Comercializado como un apoyo contra el dólar que se depreciaba, ha ganado casi 3 por ciento en el año pasado, aún cuando el índice del dólar se apreció en 17 por ciento.
Pero el oro no es una materia prima, dirán los críticos. Es una divisa alterna, un resguardo de valores.
La falta de una correlación nítida entre divisas y materias primas fue un tema recurrente en la conferencia del Consejo de Mercados de Materias Primas (CMC) en Miami esta semana.
En los mercados agrícolas, un dólar más fuerte podría mantener los precios de los granos bajo presión, pero no de una manera fácil de formular.
Las exportaciones de maíz, trigo y soya vienen principalmente de unas cuantas regiones: Norteamérica, Sudamérica y el Mar Negro. El costo de los granjeros fuera de EU se contabiliza normalmente en las divisas locales, de forma que la depreciación del rublo ruso o el real brasileño puede aumentar sus ingresos. Dan Basse, presidente de la consultoría AgResource, dijo que cuando habló con clientes agricultores en Rusia la semana pasada, le pidieron consejos sobre si comprar un Audi o un Mercedes-Benz.
"El granjero ruso, el granjero brasileño, el granjero canadiense y el australiano están muy, muy contentos. Están pensando expandir su siembra el año entrante", dijo el Sr. Basse.
Más siembra significa aún más granos entrando a un mercado ampliamente surtido – una señal bajista. El Departamento de Agricultura de EEUU nota: "Conforme el rublo ruso se ha ido depreciando significativamente los últimos meses, el trigo se exportó a un ritmo sin precedentes y los precios domésticos se elevaron fuertemente".
El petróleo y el dólar a veces se mueven en dirección opuesta y éste es uno de esos momentos. Sin embargo, no hay una "respuesta realmente clara" sobre si el dólar impactará al petróleo, Lawrence Eagles, director de BP de análisis del crudo global y norteamericano, dijo a la conferencia de CMC. A diferencia de los granos, el petróleo es producido por una industria global concentrada, con muchos costos que se pagan en dólares independientemente de donde surjan. Si el petróleo de un productor extranjero vale relativamente más en términos locales gracias a la fuerza del dólar, también sucede lo mismo con sus gastos.
Mientras que el efecto del dólar en las materias primas es disparejo, el panorama para el dólar se ve robusto. Europa se acaba de embarcar en un programa de relajamiento monetario agresivo, mientras que los comerciantes se preocupan por el esperado incremento de la tasa de interés en EU.
Al preguntarle por sus mejores ideas sobre el comercio, Joe Nicosia, ejecutivo sénior en Luis Dreyfus Commodities, el comerciante agrícola, recomendó la venta de soya – y de euros.
"Esa divisa no hará más que bajar", dijo.
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Financial Times