Si Donald Rumsfeld introdujo "desconocidos conocidos" al léxico de la política exterior, Donald Trump planea enfrentar las amenazas desde Rusia y China hasta el Estado Islámico con algún tipo de "imprevisibilidad predecible".
Después de meses de sacudir el "establishment" de la política exterior republicana con su retórica aislacionista, el favorito para la nominación del Partido Republicano llegó a Washington el miércoles para intentar apaciguar a una buena parte de las élites que están alteradas por la posibilidad de que llegue a la Casa Blanca.
Se pulieron algunos de sus aspectos más ásperos, sobre todo porque utilizó un teleprompter por segunda vez, a pesar de burlarse de Barack Obama y Hillary Clinton por hacer lo mismo. También omitió algunas de sus opiniones más provocativas, tales como su apoyo a la técnica de tortura del ahogamiento simulado.
Pero en la mayoría de los aspectos presentó los mismos puntos de vista aislacionistas que ha lanzado para incitar a los votantes desde Iowa hasta Pennsylvania, con una apariencia poco característica para hacerlos más apetecibles para la audiencia de Washington.
Mientras lanzaba comentarios al estilo republicano sobre Clinton y su ex jefe en la Casa Blanca — "Si el objetivo del presidente Obama era debilitar a EU, no podría haberlo hecho mejor" — agregó a George W Bush a la lista por implicación, sugiriendo que la política exterior se había "desviado mucho de su curso" desde el fin de la guerra fría.
Dejó claro que su política sería "EU Primero". EU ya no participaría en la construcción de naciones como en Irak y Afganistán, lo cual complacería a muchos aliados. Pero, algo preocupante para los países que dependen militarmente de EU, les dijo a sus aliados asiáticos y europeos que, a menos que contribuyeran más a sus alianzas con EU, los abandonaría a su suerte.
Trump dejó claro que su administración haría hincapié en el "respeto", algo que según Obama había perdido en todo el mundo. Como prueba, señaló que los líderes extranjeros rara vez reciben al presidente estadounidense en el aeropuerto cuando el Air Force One aterriza en sus países, a pesar de que es una práctica común en todo el mundo. También es algo que el autodeclarado devorador de periódicos debió haber sabido desde que los medios estadounidenses le dedicaron mucho espacio mediático al hecho de que fue muy inusual que el Sr. Obama recibiera al Papa Francisco en persona en la Base de la Fuerza Aérea Andrews durante la visita del pontífice.
Trump envió un "simple mensaje" al Estado Islámico: "Tienen los días contados. No les diré dónde ni cómo". Sin duda, un asesor le debió haber señalado lo difícil que sería golpear al Estado Islámico dónde no está presente. Para explicar esta vaguedad, Trump declaró que EU "como nación debe ser más impredecible". Ésa exactamente es la preocupación de muchos expertos republicanos en política exterior, por no mencionar a los aliados de EU quienes, junto con los enemigos, se deben preparar para una posible presidencia de Trump.
En estos días Trump raras veces está de acuerdo con los demócratas. Pero tal vez el magnate estaría de acuerdo con la conclusión del Centro para el Progreso Americano, un centro de estudios demócrata, el cual describe su política exterior como "Hacer de EEUU un País Impredecible Nuevamente".
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