Financial Times

‘Si eres paranoico con enfermarte, simplemente no salgas’

Los activistas dicen que la respuesta ante el coronavirus ha sido demasiado draconiana.

El mes pasado, John McDaniel -un residente de Marion, Ohio, de 60 años de edad- escribió una serie de entradas en Facebook en las que describió el brote de coronavirus como una "estratagema política" y denunció la "locura" de la decisión del gobernador de cerrar los restaurantes y bares del estado.

"Si estás paranoico por el temor a enfermarte, no salgas a la calle", escribió él, agregando que a otras personas no se les debería impedir que "vivan sus vidas".

Unas semanas más tarde, el Sr. McDaniel murió por complicaciones relacionadas con COVID-19, convirtiéndose en uno de los más de 40 mil estadounidenses que fallecieron a causa de la enfermedad. En su obituario, su familia solicitó que "todos continúen practicando el distanciamiento social para mantenerse mutuamente a salvo".

El Sr. McDaniel no estaba solo en su creencia de que la respuesta oficial ante el coronavirus en EU ha sido demasiado draconiana. La semana antepasada, miles de estadounidenses participaron en protestas contra las órdenes de "quedarse en casa" que han cerrado enormes porciones de la economía del país y que han precipitado un aumento récord en las solicitudes de desempleo.

Las protestas representan un extremo ejemplo de los retos que han enfrentado las democracias occidentales para implementar el confinamiento, y también representan un presagio de los futuros problemas al intentar introducir pruebas y rastreos masivos para prevenir un nuevo pico de casos de coronavirus que pudiera acompañar cualquier reapertura económica.

Algunos manifestantes han citado las dificultades económicas como su principal razón para participar, mientras que otros han argumentado que los confinamientos estatales violan sus libertades civiles. Según una reciente encuesta de opinión del Centro de Investigación Pew, aproximadamente un tercio de los estadounidenses ha dicho que su mayor preocupación es que los gobernadores estatales sean lentos en retirar las restricciones de las actividades públicas.

Los manifestantes se han ganado el respaldo del presidente Donald Trump, quien la semana pasada envío una serie de alentadores tuits. "LIBEREN A MICHIGAN", escribió en una entrada, acompañada de similares peticiones dirigidas a los activistas que están en contra del confinamiento en Virginia y en Minnesota.

Chris Vitale -un partidario del Sr. Trump, quien tiene 47 años y trabaja para Fiat Chrysler en las afueras de Detroit, Michigan- dijo que él se oponía a la orden de confinamiento del estado por motivos relacionados con las libertades civiles. "Hay muchos lugares en el mundo que te brindarán toda la seguridad que puedas desear, siempre que aceptes sus reglas", él dijo. EU "no se supone que sea el lugar más seguro del mundo, pero se supone que sea el más libre", agregó.

El Sr. Vitale también ha aducido su desconfianza de las estadísticas y pronósticos oficiales utilizados por la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, para defender el confinamiento en su estado. "Les están diciendo a las personas: 'les estamos quitando sus libertades civiles y las estamos dejando sin trabajo pero, por cierto, no estamos realmente seguros de ninguno de estos números'".

Sin embargo, la oposición a la orden de "quedarse en casa" implementada por la Sra. Whitmer no está limitada a los conservadores constitucionales que temen por sus libertades civiles. Rich Studley, el presidente de la Cámara de Comercio de Michigan, la cual cuenta con aproximadamente cinco mil empresas entre sus miembros, también es crítico. Si la Sra. Whitmer extiende el confinamiento hasta el próximo mes, "cientos y cientos de empresas nunca volverán a abrir", dijo el Sr. Studley.

La Sra. Whitmer ha dicho que ella apoya el "derecho a disentir y protestar", a la vez que ha criticado que el presidente Trump haya animado la realización de protestas en un momento en que el gobierno federal está pidiendo que se mantenga el distanciamiento social.

Matt Ahmann -un estudiante de negocios de 20 años de la Universidad de Indiana que organizó una protesta en la capital del estado de Wisconsin este viernes- dijo que no todos los activistas estaban motivados por las libertades civiles. "Dicen que no nos preocupamos por la salud de nadie, pero mi principal preocupación es la desestabilización económica que esto causará".

Algunos estados del sur, incluyendo Georgia, se están preparando para reducir las restricciones del confinamiento. Sin embargo, otros gobernadores han indicado que las reaperturas económicas tendrán que ir acompañadas de un dramático aumento en el número de pruebas y de rastreos de contactos, lo cual también pudiera provocar oposición entre los activistas preocupados por las libertades civiles.

Tales actitudes con respecto a las libertades civiles pudieran obstaculizar los esfuerzos para introducir los tipos de estrategias de prueba y rastreo que se están explorando en Asia y en Europa.

"A EU le resultará más difícil implementar un plan de regreso a la normalidad que requiera infracciones o límites a la libertad", apuntó Arthur Caplan, un profesor de ética médica en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.

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