Quince cráneos colocados en hileras te observan desde la mesa como una advertencia al hambre. Este altar a la panadería está construido con panqués de vainilla cadavéricos y a veces le escurre un poco de mermelada, están destinados a sumergirse en una taza de chocolate. Así es un “Tzompanque”.
Esta nueva creación panadera está inspirada los tzompantli, palabra que se puede traducir como “andamio de cráneos”, “altar de cráneos”, “hilera de cabezas” o “plataforma de calaveras”. Se trataba de estructuras prehispánicas en las que diversas culturas mesoamericanas exhibían los cráneos de sus enemigos, los más grandes eran de los mexicas.
Los “Tzompanque” son una creación de Mario Iván López Vázquez, arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) quien ha trabajado en salvamento arqueológico en diversos lugares del Centro Histórico.
Estas delicias de pan forman parte de un proyecto cultural llamado “Itacate de historias”, el cual fundó hace cerca de cinco años con el propósito de promover la divulgación histórica de la etapa prehispánica a través de la inmersión sensorial mediante diversos talleres, actividades y, por supuesto, pan.
Mario busca mostrar la historia de una manera diferente, en este caso, a través de la experiencia de comer. Esta innovación combina la arqueología y la panadería para difundir la historia de los tzompantli.
La historia hecha pan
De acuerdo con el arqueólogo, antiguamente a las personas sacrificadas les cortaba la cabeza y las colocaban en esta forma en las plazas, cada zona tenía su tzompantli, los cuales cumplían la función de una ofrenda a las deidades y a los muertos, aunque también eran una advertencia a sus enemigos.
En el 2015, por ejemplo, anunciaron el descubrimiento del gran Tzompantli de México-Tenochtitlan en la calle de Guatemala, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
En un artículo, Emilie Carreón Blaine, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, detalla que no hay consenso entre los investigadores sobre el significado del tzompantli, pues aunque en la época prehispánica su función era clara, ahora es difícil saber cuál era por todas las interpretaciones que se han dado a través de los años, siempre a partir de miradas ajenas a las de los diversos pueblos originarios.
Así, explica Emilie Carreón, los conquistadores y religiosos pronto comprendieron que los restos humanos expuestos eran resultado de sacrificios a las deidades, pero lo explicaban de diversas maneras, algunos pensaban que despojos de la práctica de comer carne humana, otros creían que era un tipo de sepultura, una reliquia de prisioneros o un trofeo de guerra.
Todo un itacate de historias
“Itacate de historias” también ofrece galletas de mantequilla con diversas figuras prehispánicas como chimalli (escudo), miquiztli (símbolo de la muerte), técpatl (cuchillo), xóchitl (flor) y macuahuitl (arma semejante a una espada). Son una invitación al café y también a conocer el pasado prehispánico.
Mario trabaja en colaboración con su hermano, quien hornea mientras él trabaja en los acabados y en el reparto.
También cuenta que la idea de un tzompantli de pan ya la habían platicado desde hace tiempo, pero la pandemia había pospuesto los planes de su lanzamiento. Esta creación ha causado mucho interés en redes sociales, en especial hay quienes han realizado encargos para ponerlos en sus altares de Día de Muertos.
De momento sólo cuentan con ventas por internet, las personas interesadas en probar el “Tzompanque” o las galletas pueden mandar un mensaje a su página de Facebook y las entregas se realizan en la Ciudad de México y el Área Metropolitana.
Facebook: Itacate de historias