“¡Churros, churros, hay churros!”, gritan en las calles los vendedores ambulantes. También te esperan en una chocolatería tradicional, doraditos en aceite, con azúcar y canela espolvoreada, destinados a sumergirse en una taza de chocolate o simplemente a ser devorados mientras el crujido de su textura te delata.
Se cuenta que los churros nacieron en España, como una botana que consumían los campesinos mientras paseaban a ovejas llamadas “churras”.
En aquel país los chopean en un pequeño recipiente de chocolate espeso, es diferente a la bebida con leche que tomamos en los días fríos, su sabor es ligeramente más amargo y no es para beber, sino para sumergir esta fritura.
En México fueron tan bien recibidos que deambulan por las calles en canastas y han sido parte de la televisión, como en el programa de “El Chavo del 8″, cuando el personaje de Don Ramón adopta el oficio y comienza a vender los churros de Doña Florinda.
Esta deliciosa fritura se estableció en diversos negocios de tradición donde se pueden encontrar a cualquier hora, por mero antojo y glotonería.
Te contamos cuáles son algunos de los preferidos de los chilangos.
El Moro
Más de una generación ha crecido en la Churrería El Moro, bebiendo una taza de chocolate acompañada con una orden de churros con azúcar y canela, o llevando a sus mesas una torta de pierna del local de al lado, con una malteada de postre.
En la antigua avenida de San Juan de Letrán, hoy llamada Eje Central, está una de las churrerías de tradición del ex Distrito Federal. Su historia comenzó con la llegada del español Francisco Iriarte a la capital, quien vio que aquí no vendían churros como en España y decidió poner un carrito en el Zócalo.
Se llamó “El Moro”, en recuerdo de un vendedor de churros de su pueblo y finalmente se estableció en el local de Eje Central en 1935.
Hoy tienen sucursales en varias colonias de la capital, pero para nosotros los nostálgicos no hay como ir a ese lugar lleno de historia a donde acudíamos con nuestros padres.
El Convento
Esta es la primera churrería de San Ángel, nació en 1977 con chocolate casero y su receta de churros.
No hay como chopear uno de sus churros crujientes y recién hechos en alguno de sus chocolates calientes o fríos, dulce, semiamargo o especiado.
Además de los sencillos, también hay churros rellenos o helados. Ofrecen paquetes que incluyen este postre español con chocolate y son bastante llenadores.
En su menú venden platillos hamburguesas, enchiladas y tortas, entre las que destaca una de chile relleno.
Dirección: Av. Insurgentes Sur 2113, San Ángel, Álvaro Obregón, 01000 Ciudad de México, CDMX
Chocolatería San Ginés
En Madrid, España, existe una antigua chocolatería fundada en 1894 donde se elaboran churros con la técnica tradicional llamada “a hombro”, allá es conocida como “La Escondida” por su ubicación entre pasadizos y se cita en diversas obras literarias.
En 2019 tocaron puerto en México, establecieron su primera sucursal en la capital, donde se pueden encontrar sus clásicos churros servidos con una porción de chocolate espeso para chopear, como se acostumbra en España.
También porras (churros de rueda) y otras especialidades como bocatas de jamón serrano, tortilla española, tapas y pinchos.
Dirección: C.Monte Camerun 212, Lomas de Chapultepec, Miguel Hidalgo, 11000 Ciudad de México, CDMX
Casa Churra
Este restaurante de antojitos mexicanos es uno de los más recurridos por los chilangos por su variedad de churros, entre los que destacan una “canasta de churro” que se sirve rellena de helado de vainilla, o bien, puedes pedir un helado servido con churros en su cima, sabor similar, diferente presentación.
Hay otras opciones como la “churra”, rellena de queso crema, cajeta, chocolate y lechera; o la “chulada”, con helado de vainilla, lechera y cajeta.