“Gracias, no gracias”, anunció el restaurante mexicano Masala y Maíz después de ser nominado hace unos días por The World’s 50 Best para recibir el premio The Macallan Icon Award, el cual rinde homenaje a quienes están produciendo un cambio duradero en la industria.
The World’s 50 Best es una institución con la cual se reconoce a los mejores restaurantes del mundo, recientemente el restaurante mexicano Pujol se posicionó en el número nueve de la prestigiosa lista que es conocida como los Óscar del mundo gastronómico.
La institución también reconoce a los mejores chefs y existe una versión para Latinoamérica en la que se incluye The Macallan Icon Award.
Este año estaban nominados Norma Listman y Saqib Keval de Masala y Maíz, además de Leandro Cristóbal, de Café San Juan (Argentina); Rodrigo Oliveira y Adriana Salay, de Mocotó and Quebrada Alimentada (Brasil); y Rafael Rincón, de Comida Para Todos Chile y Fundación Gastronomía Social (Chile).
A través de la cuenta de Instagram de Masala y Maíz, Norma Listman y Saqib Keval escribieron: “estamos agradecidos de ser reconocidos entre tan increíbles creadores de cambios y desde este lugar grato y humilde elegimos declinar a esta nominación”.
“A nuestro juicio, instituciones como The World’s 50 Best fomentan una cultura fracturada a causa del abuso y el sexismo (entre otros). Estamos convencidos de que para lograr el cambio que nuestra industria necesita, requerimos dejar de contribuir con un sistema que recompensa y prospera a partir de la explotación de los trabajadores”, detallaron en su comunicado.
También destacaron que seguirán trabajando en comunidad para apostar por un futuro saludable y justo.
El mestizaje rebelde de Masala y Maíz
Masala y Maíz es un restaurante de la Ciudad de México que se encuentra en la calle de Marsella 72, en la colonia Juárez. Su nombre conjunta dos conceptos: “Masala” significa “mezcla de especias” en urdu e hindi y “Maíz” refiere al maíz nativo de México y a sus tradiciones.
Es un proyecto de los chefs Norma Listman y Saqib Keval, quienes exploran la migración de ingredientes y técnicas de cocina entre India, África del este y México. A través de varios años se han dedicado a la investigación y estudio de sus recetas familiares.
También mantienen un compromiso por la sustentabilidad agrícola y una cultura en su cocina.
“A partir de su comida expresan una tradición gastronómica que no es estática, que cambia; es un mestizaje rebelde”, explican en su página.
A través de su historia, este restaurante ha adoptado diversas causas, como las luchas del feminismo. El pasado 8 de marzo anunciaron que las mujeres (cis, trans y demás disidencias) podían acudir y pagar sólo lo que pudieran, además, ese mismo día ofrecieron todas las ganancias de ventas de donas a Nos Queremos Vivas Neza.
Hace unos meses también se manifestaron en contra de una revista de gastronomía de Estados Unidos, donde utilizaron una receta de ellos sin autorización, exigieron “un cambio sistémico a la manera en cómo se tratan las recetas de otras culturas, a los autores de estas recetas y las culturas que se representan a través de sus historias”.
En su menú llevan plasmados varios mensajes como “De Palestina a Colombia, que viva la lucha antiimperialista” y “Fuck Donald Trump y sus políticas antirracistas y antiinmigrantes”.
Ofrecen diversos platillos como almejas, aguachile y tetela, también preparaciones como la Gordita-Uttapam, con barbacoa y ensalada de hierbas; camarones con morita, vainilla de Papantla y encurtido de betabel; o esquites Makai Pakka, con elote, leche de coco, masala keniano, cotija y mayonesa casera.