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Cinco atoles con sabor a Día de Muertos

Estos son algunos de los atoles ideales para preparar en esta temporada otoñal e incluso aprovechar algunos elementos del altar de Día de Muertos

Los atoles son una bebida para toda ocasión y tienen sabores especiales para Día de Muertos. (Shutterstock)

El atole es una preparación prehispánica que se ha ido adaptando con la diversidad de ingredientes que comenzaron a llegar hace cerca de 500 años en los barcos europeos, como el azúcar y la leche.

La innovación en esta bebida no se ha detenido, hay muchas posibilidades, algunas ya tradicionales, otras que han ido surgiendo año con año.

Te contamos algunas posibilidades para este Día de Muertos.

Atole de cempasúchil

En el recetario Las flores en la cocina veracruzana, de Lesterloon Sánchez Trinidad, se explica que hay flores que tradicionalmente son apreciadas por el color que aportan a los alimentos, incluso en usos rituales.


En el caso del cempasúchil, “su color amarillo o anaranjado se transfiere a guisos, tamales, chileatoles y atoles, durante las festividades de Todos los Santos”.

Su uso, detalla Lesterloon Sánchez, se ha documentado en sopas, tamales y atoles, y en particular en Veracruz se prepara este atole de cempasúchil Tlalnelhuayocan:

En una olla se hierven un poco de piloncillo en dos litros de agua, luego se agregan 100 gramos de masa de maíz blanco (desleída en agua) hasta que comienza a espesar.

Finalmente se echa media taza de pétalos de cempasúchil (previamente lavadas y desinfectadas).


En este enlace puedes saber cómo usar esta flor en la cocina.

Atole de ceniza

Esta bebida se elabora con ceniza desleída en agua y endulzada con azúcar o panela, según el Diccionario enciclopédico de la gastronomía mexicana.

El atole de ceniza se acostumbra para las mujeres que acaban de parir y para las personas enfermas, es popular en Guanajuato, Colima, Jalisco y en especial en algunas regiones de Michoacán, donde se bebe en Día de Muertos, verbenas y novenarios.

Según la región, la ceniza se obtiene del fogón, con cáscaras de cacao o pelos de elote.

Para prepararlo hay que diluir 200 gramos de masa de maíz nixtamalizado en un litro de agua, agregar piloncillo y cuando espese añadir esta mezcla: las cenizas obtenidas de un puño de pelos de elote y cáscaras de cacao tostados en el comal, anís y canela.

Atole de calabaza

Esta bebida caliente es ideal para aprovechar el dulce de calabaza en tacha, también llamada Calabaza de Todos los Santos, que se prepara por ser de temporada y como tradición para colocar en los altares de Día de Muertos.

Es muy sencillo: pones a hervir un litro y medio de agua con una rajita de canela, cuando esté a punto de hervir agrega esta mezcla: 400 gramos de calabaza en tacha molida con una lata de leche evaporada o tres tazas de leche. Agregas un poco de piloncillo y cuando la mezcla espese está lista para servirse.

Atole blanco con dulce de calabaza

Otra deliciosa posibilidad de temporada es beber atole de masa blanca, una bebida espesa, con tu dulce de calabaza en tacha. Así se acostumbra en algunas regiones de Michoacán.

Para la bebida sólo debes mezclar medio kilo de masa de maíz (nixtamalizado y molido finamente) con tres litros de agua, se cuela con una tela (llamada “talega” en la región) y se lleva a hervir.

Atole de nalga

El atole de nalga se bebe en Veracruz, en especial en Día de Muertos, está hecho a base de maíz negro y piloncillo.

Se sirve usualmente como compañero de los “tamales de pedo”, también de masa de maíz negro.

Aquí puedes conocer la receta.

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