Antes de 1762, cuando alguien decía “Sándwich” no se refería al platillo que lleva entre dos panes jamón, queso o casi cualquier relleno, sino que se hablaba a una ciudad medieval que lleva ese nombre y se ubica al sureste de Inglaterra, en el condado de Kent, junto a los Acantilados de Dover. En aquel entonces John Montagu, era el cuarto conde de Sándwich.
John nació el 13 de noviembre de 1718 y cuando tenía sólo 10 años fue el sucesor de su abuelo Edward Montagu (tercer conde de Sándwich). Aunque tuvo diversos cargos políticos y militares, él es recordado en una leyenda gastronómica como el hombre que inventó el emparedado.
La leyenda del sándwich
En el libro The food chronology, James Trager explica que, según algunas fuentes, todo comenzó en 1762, cuando el conde de Sándwich tenía 44 años.
Había pasado 24 horas en la mesa de juego, sin parar ni siquiera para comer, por lo que ordenó a sus sirvientes que le llevaran carne de res o un poco de pollo y rebanadas de pan, colocó ese relleno entre el pan para poder comer mientras seguía jugando.
Otras versiones también cuentan que jugaban naipes y el conde quería evitar ensuciarlos, por lo que comenzó a comer de esa manera y luego los demás jugadores pidieron “lo mismo que Sándwich”.
Así se llamaría a esa preparación, por el conde más que por la ciudad, pues hay quienes afirman que esto no sucedió ahí.
El sándwich: ancestro de las hamburguesas
Este platillo de glotones apresurados recorrió el mundo, se adaptó y hasta dio origen a las famosas hamburguesas.
Tragger detalla que en 1885, nació el “sándwich de hamburguesa” en una feria de Wisconsin, Estados Unidos, donde un cocinero llamado Charles Nagreen se dio cuenta de que sus clientes quería comer su preparación de carne picada frita con mantequilla sin sentarse, pues querían seguir recorriendo la feria; así que la colocó entre dos panes y la llamó “hamburguesa”.
Años después, en 1894, nació otro clásico de esta familia de emparedados, el Club Sándwich, también ligado al juego, pero en Estados Unidos.
Tragger expone que este platillo recibió sus primeras mordidas en el Club Saratoga, en Nueva York, cuando fue adquirido por el deportista Richard Canfield, y lo convirtió en un casino.
En aquellas cocinas comenzaron a añadir más pisos al sándwich: inicia una rebanada de pan blanco recién tostado y untado ligeramente con mayonesa casera, una capa de lechuga, rebanadas de pechuga de pollo o pavo recién cocinadas, otra rebanada de pan tostado con mayonesa, rebanadas de tocino, rodajas de tomate y coronado por otra rebanada de pan tostado con mayonesa.
Para celebrar a este platillo viajero, cada 3 de noviembre se celebra el Día Mundial del Sándwich y John Montagu, quien dejó un legado inesperado, aparece desde 1927 en la definición de “sándwich” del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:
“Del inglés sandwich, y este de J. Montagu, 1718-1792, cuarto conde de Sandwich, de quien se cuenta que se alimentó de esta clase de comida para no abandonar una partida de cartas.”